Naciste dos días antes de que me viniera para acá. Yo estaba en Barcelona y no pude ir a conocerte. Hoy el abuelo me ha enviado una líndisima foto tuya. Pareces una muñeca. Me he emocionado al verla. Por teléfono, tu padre me ha contado que no paras de llorar y que tienes mucho genio. En algo te tienes que parecer a mí. Por algo llevamos el mismo nombre.
Sueño con cogerte en brazos y darte besitos en esos mofletes. En acariciar tus manitas. En acurrucarte. En sacarte de paseo. Allí todos están felices contigo. Me fui yo y viniste tú a llenar el hueco que dejé. La magia del Universo. Te quiero con todo mi corazón y antes de despedirme quiero dedicarte una preciosa fábula de Rafael Pombo, un escritor nacido en el país en el que ahora vivo, Colombia, que se llama "El renacuajo paseador" y que prometo leerte en voz alta cuando seas más mayor. A los niños de aquí les encanta escucharla.
El renacuajo paseador
El hijo de rana, Rinrín renacuajo
Salió esta mañana muy tieso y muy majo
Con pantalón corto, corbata a la moda
Sombrero encintado y chupa de boda.
-¡Muchacho, no salgas¡- le grita mamá
pero él hace un gesto y orondo se va.
Halló en el camino, a un ratón vecino
Y le dijo: -¡amigo!- venga usted conmigo,
Visitemos juntos a doña ratona
Y habrá francachela y habrá comilona.
A poco llegaron, y avanza ratón,
Estírase el cuello, coge el aldabón,
Da dos o tres golpes, preguntan: ¿quién es?
-Yo doña ratona, beso a usted los pies
¿Está usted en casa? -Sí señor sí estoy,
y celebro mucho ver a ustedes hoy;
estaba en mi oficio, hilando algodón,
pero eso no importa; bienvenidos son.
Se hicieron la venia, se dieron la mano,
Y dice Ratico, que es más veterano :
Mi amigo el de verde rabia de calor,
Démele cerveza, hágame el favor.
Y en tanto que el pillo consume la jarra
Mandó la señora traer la guitarra
Y a renacuajo le pide que cante
Versitos alegres, tonada elegante.
-¡Ay! de mil amores lo hiciera, señora,
pero es imposible darle gusto ahora,
que tengo el gaznate más seco que estopa
y me aprieta mucho esta nueva ropa.
-Lo siento infinito, responde tía rata,
aflójese un poco chaleco y corbata,
y yo mientras tanto les voy a cantar
una cancioncita muy particular.
Mas estando en esta brillante función
De baile y cerveza, guitarra y canción,
La gata y sus gatos salvan el umbral,
Y vuélvese aquello el juicio final
Doña gata vieja trinchó por la oreja
Al niño Ratico maullándole: ¡Hola!
Y los niños gatos a la vieja rata
Uno por la pata y otro por la cola
Don Renacuajito mirando este asalto
Tomó su sombrero, dio un tremendo salto
Y abriendo la puerta con mano y narices,
Se fue dando a todos noches muy felices
Y siguió saltando tan alto y aprisa,
Que perdió el sombrero, rasgó la camisa,
se coló en la boca de un pato tragón
y éste se lo embucha de un solo estirón
Y así concluyeron, uno, dos y tres
Ratón y Ratona, y el Rana después;
Los gatos comieron y el pato cenó,
¡y mamá Ranita solita quedó!
Enhorabuena! por tu nueva sobrina.
ResponderEliminartoyi, que bonito lo que has escrito de la peque, como nos ha gustado. Nos has emocionado a todos. Tu tocaya es un calco a ti, por eso me viene la frase de " Rebullo asolador"... ¿Te acuerdas?. Te queremos un monton
ResponderEliminarQue preciosa es esta fabula, ya poco me acordaba de ella, definitivamente debería ser promovida como tesoro cultural e histórico de Colombia, gracias por traerme tan bellos recuerdos, escribes muy bonito, felicitaciones.
ResponderEliminarLinda entrada Toya :)
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