domingo, 30 de octubre de 2011

"Senso" y los niños de La Merced


El cine te regala momentos maravillosos y hace unos días viví uno de ellos. Nunca pensé que fuera a tener la suerte de ver Senso, de Luchino Visconti, en Bogotá, en 35 mm., recién restaurada, dentro de la programación del Festival de Cine 4+1 y acompañada de cerca de 200 jóvenes y niños colombianos -entre 9 y 16 años- que disfrutaron tanto o más que yo de la proyección.

Reconozco que me emocioné oyéndoles contestar a las preguntas sobre cine colombiano que les hizo el director de la Cinemateca Distrital, Sergio Becerra, al llegar a la sala y a modo de concurso. ¿Cómo es posible, pensé, que a su edad sepan nombres de directores, títulos de películas...? Yo tengo más que clara la respuesta: porque los colombianos son gente extraordinaria, educada, motivada, con ganas de aprender y prepararse, de compartir e interesada por todo lo que pasa en su país. Y así son desde bien pequeños.

Senso dura casi dos horas y tengo que deciros que en esos 115 minutos no se oyó un bostezo ni una queja en la sala. Todo los contrario: los 167 alumnos del Colegio La Merced, del barrio de Santa Fé, siguieron con auténtica pasión el melodrama de Visconti, suspirando cuando Alida Valli y Farlei Granger se besaban y riendo a carcajadas con esos pantalones colocados casi debajo de las axilas de los soldados austriacos.

Me llevo guardados en mi corazón los aplausos que se oyeron al final y esa Venecia misteriosa y romántica de Visconti y ahí seguirán conmigo para siempre. Y cada vez que vuelva al cine, cuando se apaguen las luces y todo quede a oscuras, cerraré los ojos y soñaré con vivir otro de estos mágicos momentos.


viernes, 28 de octubre de 2011

Dulcísima Dulce


Hay personas que te cuidan, te miman, te hacen más feliz y Dulce es una de ellas. Todas las mañanas cuando llego al trabajo me recibe con una enorme sonrisa y me pregunta: ¿Cómo ha estado? ¿Cómo amaneció? ¿Ha descansado? Charlamos un rato, me cuenta, le cuento. Me despido, me subo a mi despacho y al rato asoma su cabecita y con su cálida voz me dice: ¿Tiene usted frío? ¿Le provoca un tinto, una aromática calentita? Y así, día tras día.

Cuando llega la hora del almuerzo bajo a la entrada: Dulce, hoy no sé qué comer, le digo... ¿Y no le apetece que le pida una sopita caliente, una ensalada, una pechuga a la plancha con un poco de arroz? Y siempre me ayuda a elegir la comida más sabrosa y que mejor me sienta.

Dulce lleva trabajando en la Casa Malpensante diez años. Todas las mañanas, a eso de las siete, agarra el Transmilenio en Suba, donde vive, para venir hasta aquí y alegrarnos la vida. Y yo quiero decirle: gracias por existir Dulcísima Dulce.

jueves, 27 de octubre de 2011

¿De rumba en Bogotá? A Armando Records


Si tengo que elegir el mejor lugar de rumba de todo Bogotá no lo dudo ni un segundo: Armando Records. Los de la archiconocida revista Condé Nast Traveler deben pensar lo mismo que yo porque en 2009 lo incluyeron en su listado anual de los 35 mejores sitios de diversión nocturna del mundo. Con lo grande que es el Planeta Tierra y se han venido a fijar en mi local preferido; ¡Por algo será!

Al que lo montó lo podéis ver en la foto junto a los Beatles.... Se llama Armando, nació aquí en Bogotá y fue un loco de la música, sobre todo del rock, y un carismático cantante que, con su guitarra, volvió loca a más de una chica, provocando celos y envidias por donde pasaba. En Londres, en los 70, se ganó la fama con su carisma y talento. La fiesta y el alcohol acabaron con su banda, pero, gracias a su arrolladora personalidad y a su pasión por los nuevos sonidos, logró convertirse en manager y representante de artistas. Ya consagrado en la industria musical como Armando Records, regresó a Bogotá, compró un edificio en la calle 85 arriba de la 15, alquiló los primeros pisos y montó el bar que me gusta tanto y en el que sirven unos mojitos de lulo para perder la cabeza.

Leyendas e historias a parte, el sitio es precioso, tiene una terraza increíble, buena música, gente muy divertida y las mejores fiestas y conciertos de la ciudad; hace unos días estuvimos viendo a Hercules and Love Affair, esta noche tenemos fiesta de "Jalogüin" con los caleños de Superlitio y la semana que viene nos espera Toro y Moi. Allí nos vemos Silvana... Y es que yo lo tengo claro: ¿De rumba en Bogotá? A Armando Records.


miércoles, 26 de octubre de 2011

En el cine os espero


Hoy se inaugura el Festival de Cine 4+1 FUNDACIÓN MAPFRE en el que estoy trabajando, que se celebrará hasta el próximo domingo, y de manera simultánea, en cinco ciudades: Bogotá, Buenos Aires, Madrid, Río de Janeiro y Ciudad de México. Para mí, lo mejor es que todas las películas pueden verse on line a partir de hoy mismo a través de la plataforma MUBI. Sólo una condición: conectarse desde uno de los cinco países sedes del festival. Qué bien, también mis cinéfilos amigos españoles están de suerte.

¿Y qué vamos a poder ver durante todos estos días? Cintas que han pasado por los festivales pero que no han llegado a las salas comerciales. Así, Patricio Guzmán presenta Nostalgia de la luz, Premio al Mejor Documental de la Academia de Cine Europeo, mientras que Sergei Loznitsa, veterano documentalista bielorruso compite con su primer trabajo de ficción, My Joy, Grand Prix de Cannes. Veremos también Outrage, lo último de Takeshi Kitano, y la noruega King of Devil’s Island de Marius Holst, Palmera de Oro en la Mostra de Valencia. También hay sitio para las jóvenes promesas como la tailandesa Anocha Suwichakornpong con Mundane History, el canadiense Denis Côté con Curling, o la ópera prima de Niles Atallah, Lucía, premiada en el pasado Festival de Cine Latinoamericano de Toulouse. ¡Ah! Y dos películas que han sido seleccionadas para representar a sus países en los Oscar: Chantrapas, de Otar Iosseliani y apuesta de Georgia, y Morgen, dirigida por Marian Crisan y candidata de Rumanía.

Para la inauguración hoy del Festival se han seleccionado cuatro películas clásicas recientemente restauradas con la colaboración de The Film Foundation. Esta noche, aquí en Bogotá, en Cine Colombia de Avenida de Chile, proyectaremos Senso, melodrama de Luchino Visconti ambientado en el XIX y con guión de Paul Bowles y Tennessee Williams.

En la web del Festival podéis encontrar toda la información. Y si estáis en Bogotá, en el cine os espero.

martes, 25 de octubre de 2011

Arepas de queso me saben a beso

Para muchos, algunas de las mejores arepas de Colombia se encuentran en Medellín. Yo, la verdad, no sé si son las mejores o no, pero ricas, están riquísimas. Sudor y lágrimas me va a costar olvidar la arepa de chócolochoclo -maíz dulce tierno- que me prepararon para desayunar en la finca de Rionegro de Carlos y que me comí con mantequilla, queso paisa y acompañada de un reconfortante tinto. O las que probé en el restaurante Sancho Paisa -no me digáis que no es genial el nombre-, de maíz peto, muy pequeñas de tamaño y que alguien tuvo la genial idea de rellenar de aguacate. 

Arepas hay para todos los gustos y cada región del país las prepara a a su manera: arepa blanca -elaborada de maíz blanco o de su harina precocida, con queso por dentro o sobre ella (arepa de queso); arepa de maíz pelado, hecha a base de maíz previamente tratado con ceniza o cal para quitarle la cubierta de la semilla; arepa amarilla; arepa frita, típica de la Costa Caribe; arepa de huevo o arepaehuevo, frita y rellena con un huevo; arepa paisa de maíz blanco -delgada, que se prepara sin sal y se sirve sin relleno para acompañar la comida, como si fuera nuestra pan español; arepa de mote, es decir de maíz cocido; arepa sancochada -hervida-; arepa boyacense, arepa valluna,  de arriero -de maíz trillado remojado en agua por varios días- y la de mote -preparada sin retirarle el afrecho -salvado- al maíz. Pero hay muchas más, claro. El Festival de la Arepa, que anualmente se celebra en cuatro o cinco ciudades colombianas, ha servido para identificar hasta 72 recetas de este icono de la gastronomía colombiana.

Al final aquí en Colombia no importa de dónde eres: costeño, boyacense, paisa, santandereano, paisa, valluno. Siempre que la memoria vuelve y recuerda una arepa como la que prepararon en casa, donde la abuela o en el negocio de la esquina, seguro que aparece una sonrisa. Yo soy española y a mí las de queso me saben a beso. 

domingo, 23 de octubre de 2011

La cocina honesta de Cata Vélez

Catalina Vélez es otra de mis amigas colombianas y también chef, como Paula Silva. Este fin de semana he acompañado a las dos a Medellín donde tenían un evento. Qué ciudad tan bonita, tan humana, tan pensada para vivirla y disfrutarla. Y qué bien lo hemos pasado.

El sábado a mediodía Cata preparó un almuerzo en el Herbario -un  precioso restaurante del que os hablaré otro día- y todos disfrutamos muchísimo con su cocina honesta, como a ella le gusta llamarla, hecha con muchísimo amor y dedicación y fiel a toda una herencia gastronómica y culinaria.

Cata no sólo nos cocinó sino que nos habló de sus estudios en el extranjero, sus viajes, de Kiva -su restaurante en Cali- y de su empeño por utilizar esos productos autóctonos que no se comercializan y tienen escaso reconocimiento en la gastronomía colombiana como el copoazú, el bore, la arracacha, la rascadera, la uva de monte o el corozo costeño. Y también nos contó su colaboración con Vallenpaz, una fundación que reúne a más de cinco mil familias campesinas -muchas de ellas afectadas por el conflicto armado- con el propósito de instruirlas en el cultivo y comercialización de los productos que ella utiliza como materia prima en su restaurante.

Cata ama la cocina natural, los productos orgánicos. Nada de salsas preparadas, ni conservantes, ni químicos, ni almidones de maíz, ni pescados congelados, ni grasas vegetales hidrogenizadas.  ¿Y qué nos preparó en ese delicioso almuerzo? Pues ahí va el menú: langostino en aroma de cilantro y crema de chontaduro; atún en costra de galleta cuca y emulsión de desamargado de limón y biche; montadito de costilla braseada en malbec y ensalada de lenteja; lomo en emulsión de cacao D.O.C Santander y puré de maíz. Y de postre, ravioli de dulce de mamey, crema de birimbi y pipilongo y macadamia. Un lujo para los sentidos.

Gracias Cata por hacernos tan felices con tu cocina, por recuperar tantos sabores y saberes y enhorabuena de corazón por tu entrega y tu compromiso. Vente pronto a Bogotá. Ya sabes que aquí te estamos esperando...

miércoles, 19 de octubre de 2011

Los hipopótamos de Pablo


1983. Saltándose a la torera todas las leyes y convenios internacionales, el narco colombiano Pablo Escobar -por aquel entonces, y según la revista Forbes, uno de los diez tipos más ricos del mundo- fleta un C-130 Hércules cargado de elefantes, camellos, cebras, jirafas, búfalos, vacas, canguros, flamencos, tigres, antílopes y hasta una pareja de hipopótamos. La prensa bautiza al avión la "narco-arca". El destino: su Hacienda Nápoles, entre Medellín y Bogotá, donde quiere construir un zoológico. El avión es apresado por la Policía, los animales son enviados al zoológico de Medellín, pero Escobar soborna al vigilante -al que paga de golpe el sueldo de cinco años- y consigue recuperarlos. Pasan los años y el zoo en cuestión llega a tener más de 2.500 animales -incluida una pareja de loros negros única en el mundo- y hasta un “parque jurásico” con réplicas a tamaño real de dinosaurios. Y es que era tal la locura de Escobar por los animales que con sus sicarios se comunicaba con palomas mensajeras.

1993. La Policía se carga a Pablo Escobar. Horas después de conocerse la noticia, la Hacienda Nápoles es saqueada. Algunos animales del zoo mueren, otros acaban en la parrilla, pero la pareja de hipopótamos, muy astuta ella, consigue escapar. Los paquidermos campan durante años a sus anchas por los alrededores de Medellín, destruyendo cultivos -necesitan 50 kilos de hierba al día para alimentarse-, aterrorizando a los campesinos y procreando como conejos. De esta nutrida descendencia aún vive más de una veintena en la mansión de Escobar, reconvertida en parque temático, tras ser confiscada por el Gobierno, y en cuya puerta principal cuelga la avioneta en la que Escobar sacó de Colombia su primer alijo de cocaína. Qué educativo.

En fin, volvamos a lo nuestro. La familia de hipopótamos crece y, claro, llegan las peleas, provocando que dos de ellos -macho y hembra- abandonen la colonia, tras ser expulsados de la manada, y viajen 150 kilómetros al norte del país, convirtiéndose en los primeros animales de su especie en la historia -hablamos de miles de años- que viven en el continente americano en libertad. Ante el riesgo que suponen para la población -no nos engañemos, pese a su dulce apariencia, los hipopótamos son de los animales más peligrosos del mundo-, el Ministerio de Medio Ambiente autoriza su caza. En 2009 un grupo de soldados -en la foto de arriba-, acompañados de dos ejecutivos alemanes de la multinacional Porsche aficionados a la caza, matan a tiros a Pepe, el macho, y en el país se arma la marimorena. Los ecologistas encabezan las protestas. La hembra Matilda y su cría siguen ahora por ahí perdidos sin que nadie se atreva a cazarlos.

¿Qué historia, verdad? Pues hasta hay un documental, "Pablo´s hippos" en el que su director, Antonio von Hildelbrand, recuerda que los hipopótamos que pasean por Colombia son un añadido más a una larga lista de absurdos y sinsentidos que Escobar causó aquí en Colombia. Para él, "los narcos tienen similitudes con los hipopótamos, o al menos Pablo Escobar las tenía. Son gorditos, lampiños, extremadamente agresivos, no particularmente inteligentes pero muy fuertes, y todo lo que hacen es por territorio y por hembras". La verdad, no lo había pensado nunca pero tiene más razón que un santo.

Vaya tela con los hipopótamos de Pablo.


martes, 18 de octubre de 2011

Las tapas de Dani Meroño

A mi amigo Dani -el de la foto- lo conocéis porque ya os he hablado de él. No me canso de decir que es uno de los mejores chefs de Bogotá y os aseguro que no es "amor de amiga"; es la pura verdad.

Desde que llegó a Colombia hace ahora seis años desde España, Dani no ha parado: ha tenido su propio restaurante aquí en Bogotá -Ispania-; fue el encargado de todo el proyecto de la Plaza de Andrés, uno de los espacios gastronómicos con mayor éxito de la ciudad, y actualmente es chef ejecutivo de un importante grupo hostelero del país y tiene a su cargo nada más y nada menos que 8 restaurantes. Pero es que además Dani hace programas de televisión, recorre el país investigando su gastronomía, da cursos de cocina, escribe en revistas gastronómicas y de viajes - le acaban de publicar un reportaje en la revista de Avianca- y, por si fuera poco, está preparando un libro.

¿Y sabéis qué se le ha ocurrido ahora? Pues ofrecer en uno de los restaurantes en los que trabaja -Casa- una carta de tapas españolas. Y yo feliz, claro, porque una de las cosas que más echo de menos es la comida de nuestro país. Gracias Dani, ahora me siento casi como en casa. 

"Las tapas de Dani Meroño" están siendo un verdadero éxito. No me extraña; quién se puede resistir a uno montadito de boquerones en vinagre con tomate confitado y cebolla crispy -en la foto de abajo-, a unos huevos poché estrellados con chistorra y olivada de trufa o a un pincho de tortilla de patatas con pimientos escalibados y espuma de aliloli.

El restaurante Casa está ubicado en la Zona Rosa, uno de los mejores barrios de la ciudad, en una preciosa y acogedora vivienda -declarada Monumento Nacional-, construida por Guillermo Bermúdez, uno de los arquitectos más importantes del siglo XX en Colombia, para vivir con su familia. La visita merece la pena.

Pues eso, si queréis seguir a Dani lo encontraréis en:
twitter @cocinayviajes y en su blog http://www.elcocineroviajero.blogspot.com

Pero lo mejor, si estáis en Bogotá, es que os acerquéis a verlo al restaurante Casa. Ahí van los datos:
Cra 13 # 85. Teléfonos: 22363755 - 7044606. Abierto de domingo a domingo de 12:00 p.m a 12:00 p.m. Y preguntad por él, que seguro que os atiende encantado.


lunes, 17 de octubre de 2011

Menudo zaperoco se armó en Barbacoas


Con un pusandao, que una especie de guiso que se cocina con varios tipos de carne, huevo, plátano, cerveza y vino blanco, 300 mujeres de Santa María del Puerto de Toledo de las Barbacoas, una localidad costera en el departamento de Nariño, han puesto fin a su huelga de piernas cruzadas. ¿Os acordáis de la historia verdad? Pues finalmente estas "heroínas" han conseguido -después de estar 3 meses y 19 días sin tener sexo con sus parejas- ablandar los corazones y que el Gobierno haya ya empezado a pavimentar, con ayuda del Ejército, los primeros 27 kilómetros de la carretera que unirá el pueblo con el resto del país.

Ellas ya lo avisaron: "Abriremos las piernas cuando tengamos la certeza de que nos harán la carretera". Y lo han cumplido. He leído en el periódico una entrevista con Luz Marina Castillo, cabecilla de la protesta, y la verdad, no tiene desperdicio. Cuando le preguntan cómo fue la noche en la que han puesto fin a la huelga cuenta: "Esa noche les cumplimos a nuestros maridos. Las ganas eran muy grandes y había que aprovecharlas. Se armó un zaperoco en todo Barbacoas. Imagínese: 300 mujeres haciendo desorden". Pues sí, me imagino ese alboroto y revoltijo, sí. 

Pero aquí no acaba la cosa. La tal Luz Marina sigue dando detalles y cuenta cómo pasaron las noches de "piernas cruzadas": "Nos sentábamos a tertuliar y a contar chistes. La juez de Barbacoas, Maribel Silva, nos capacitaba en temas de género y, para evitar cualquier tentación, muchas optaron por dormir en camas separadas. Hicimos cuenta de que estábamos de viaje". Jajajajajaja. Menuda historia. ¿Y los hombres qué hacían? Pues se iban a trabajar y por las noches las acompañaban en las tertulias. Lindo panorama... 

¿Y qué les ha quedado claro de todo esto? Pues que se puede construir un país más justo y reclamar derechos sin violencia. Pues nada chicas, habrá que tomar nota y cerrar las piernas de vez en cuando.  

sábado, 15 de octubre de 2011

Medellín no es ningún pueblito paisa


Todavía no he podido viajar a Medellín, pero es una visita que tengo más que pendiente y, además, allí me espera mi amigo Mariano. Todo el mundo me habla maravillas de la capital del departamento de Antioquia. Que si hace un clima primaveral todo el año, por algo la llaman la ciudad de la eterna primavera; su Metrocable -qué lujo si lo tuviéramos aquí en Bogotá- funciona a las mil maravillas; no hay atascos; sus mujeres -dicen- son las más guapas de toda Colombia, tiene la Feria de las Flores. En fin... habrá que ir pronto. 

Pero a mí realmente uno de los aspectos que más me interesan de esta ciudad de casi 4 millones de habitantes es la transformación urbanística que ha vivido en los últimos diez años. Y éste es el tema central de la exposición Medellín, urbanismo social, que puede visitarse en el Pavillon de l'Arsenal de París, museo dedicado al urbanismo

La muestra narra la historia de una metamorfosis ejemplar conducida por los equipos municipales de Sergio Fajardo y Alonso Salazar y bajo una clara premisa: la arquitectura y el urbanismo pueden ser los pilares de una profundo cambio social para una ciudad azotada durante muchos años por el narcotráfico y la criminalidad. Y todo ello bajo un credo, lo más bello para los más humildes; un exigencia, la rapidez; y un instrumento, el  proyecto urbano íntegral.

Me quedo con un comentario de Nicolas Douay, profesor de Urbanismo en la Universidad de París Diderot, que he leído en la prensa: "Medellín está viviendo una transformación como la que París conoció durante las reformas del baron Haussmann, realizadas por encargo de Napoleón III". Y como he oído por ahí: “Chévere que retengan esa imagen de ciudad, que se vea que Medellín no es ningún pueblito paisa”. Pues eso.

¡Ah! Se me olvidaba contaros que el nombre de Medellín viene de una localidad española de la provincia de Badajoz, en la foto de abajo- donde, por cierto, nació Hernán Cortés. Hay otros "Medellines" en México y Argentina.


viernes, 14 de octubre de 2011

El auténtico snack colombiano

Ayer, de camino al trabajo y cerca de mi casa, descubrí el auténtico snack colombiano: la achira del Huila. Menudo nombre, pensé, antes de caer en la cuenta de que Huila es un departamento en el centro del país. Como esto de las achiras no las había probado hasta ahora me compré una bolsita, en el puestecito que veis en la foto, que literalmente devoré. Deliciosas.

Las achiras me recuerdan a los "colines" de mi tierra -la misma forma tienen y son muy crujientes- pero el sabor es bien distinto ya que éstas se hacen con cuajada fresca, yemas, mantequilla y almidón o harina de achira o sagú -tubérculo que crece en el trópico colombiano- y se cuecen en unos hornos alimentados de caguanejo, un tipo especial de leña que les da el particular aroma.

Los colombianos las toman solas, con café y chocolate, con arequipe o mantequilla de maní, rellenas de chocolate. En los aeropuertos, los puestos de carretera. A todas horas y en todos sitios. Creo que yo también me voy a aficionar porque se comen como si fueran pipas.

Y una sorpresa de despedida. "La Barbie" y Kent vestidos de colombianos y rodeados de auténticas y genuinas achiras. Lo nunca visto.


jueves, 13 de octubre de 2011

Divina Providencia


Mi amiga Paula me ha prometido que en noviembre nos vamos juntas a la isla de Providencia a celebrar su cumpleaños, así que hasta entonces -y mientras tacho como una loca los días que faltan en el calendario- me estoy dedicando a investigar qué me voy a encontrar en ese paradisiaco destino, por cierto, Reserva de la Biosfera.

Lo de las playas de arena blanca y aguas cristalinas como la de la foto lo tengo claro, pero lo que no sabía es que allí voy a escuchar mucha música créole que es la suena en todo el Caribe.

Hoy aprendí que un grupo créole como dios manda necesita maracas, mandolina, tináfono y la carraca. Lo de las maracas no necesita explicación, pero os cuento que la carraca es la quijada de un caballo convertida en el instrumento que les marca el ritmo a la mandolina -guitarra de cuatro cuerdas-, y al tináfono -o tub bass- hecho con un balde para lavar ropa, un palo y una cuerda y que suena como un bajo.

Mazurcas, polcas, calipsos, jumping polkas, pasillos... Estos grupos tocan de todo y cantan la mayoría de sus canciones en creóle que es el dialecto que nació al mezclar hace siglos el español con el inglés.

Paula! Ve preparando el bikini, las chanclas y el pareo que "Divina Providencia" y los de la foto nos está esperando...

miércoles, 12 de octubre de 2011

El barista y el aireador de vinos


Café, tamarindo y curuba. Con esta deliciosa combinación Ever Bernal -en la foto- se proclamó este fin de semana en Bogotá Campeón Nacional de Baristas, especialistas en bebidas que tienen el café expreso como base.

¿Y qué hizo Ever para convencer al jurado de que él era el mejor? Pues poner toda su fe en los aspectos técnicos para sacar lo mejor del expreso. Para ello utilizó un aireador de vinos de la marca Vinturi que, por cierto, Dani, Juli, Jacobo y yo conocimos hace unos días en una cata de vinos a la que nos invitaron en la Feria Nacional de Gastronomía. El milagroso aparato en cuestión -todo un éxito os lo aseguro- es parecido a un filtro por el que el licor pasa de la botella a la copa y da, de inmediato, el efecto de 45 minutos de reposo en un decantador. Pues bien, Ever lo descubrió como nosotros en una cata y decidió usarlo en el campeonato. 

Para la preparación de sus bebidas – cuatro expresos, cuatro capuccinos y cuatro bebidas diseñadas-, Ever eligió un café del Huila, galardonado con la Taza de la Excelencia al que una vez preparado retiró la crema porque para él "tiende a ser más ácida y amarga" y aireó con el Vinturi. ¿Y de dónde sacó la receta? Dice que se la inventó después de visitar una finca cafetera donde vio a los caficultores tomando agua de tamarindo. 

Enhorabuena Enver y mucha suerte en el Campeonato Mundial de Baristas que se celebrará en Viena el año que viene. 

martes, 11 de octubre de 2011

Bailando porro

Un sombrero vueltiao, unas abarcas -sandalias parecidas a las que se hacen en la isla de Menorca en España, y que, por cierto, llevan el mismo nombre-, un trago de ron, una buena pareja, un porro bien "tocao" y un contoneo de caderas como Dios manda. ¿Qué más quieres para una rumba de las que no se olvidan?

El porro -sí, se llama así- es un ritmo musical nacido en las sábanas de Córdoba y Sucre y a orillas de los ríos Sinú y San Jorge, en el Caribe colombianoSus intérpretes más tradicionales son las bandas pelayeras que toman su nombre de San Pelayo, una cálida y pequeña población ubicada a menos de media hora de Montería, la capital departamental, en la que dicen se consolidó este aire que lleva raíces africanas y europeas y en donde se celebra el Festival Nacional del Porro.

¿Qué os puedo contar más del porro? Pues que su nombre proviene de un pequeño tambor llamado porrito, sus movimientos son mucho más rápidos que los de la cumbia y que originalmente fue un baile de los negros esclavos que bailaban al ritmo de instrumentos indígenas pero que ahora lo interpretan las bandas con instrumentos de viento. Más cosas: existen dos tipos de porros: la gaita, de ritmo lento, y el tapao en el que predomina el son del bombo. Cuántas cosas estamos aprendiendo. Antiguamente era una danza suelta pero ahora se ha convertido en un baile de salón, de pareja cogida.

Llegaron los 40 y con ellos Lucho Bermúdez, compositor y clarinetista quien, con su orquesta, consiguió adaptar los ritmos tradicionales colombianos -como la cumbia y el porro-, en ritmos modernos, haciéndolos famosos por el mundo.

Y de muestra, un botón. Aquí os dejo Borrachera, uno de los porros más conocidos del Sr. Bermúdez y todo un hit en la época. ¿Bailas?


domingo, 9 de octubre de 2011

Dulce Colombia


Leche, mucha azúcar, una pizca de bicarbonato, fuego lento y, eso sí, mucha dedicación y paciencia es lo que se necesita para hacer un buen arequipe como se conoce aquí en Colombia a ese caramelo untuoso que veis en la foto, muy muy dulce y de un sabor inconfundible. En Argentina lo llaman dulce de leche; en México, cajeta; en Brasil, doce de leite y en Francia existe algo muy parecido, confiture de lait, un poco más líquido.

Todos se pelean por colgarse la medalla de haberlo inventado. En Argentina cuentan que una criada mulata abandonó durante un largo tiempo en el fuego la leche con azúcar que estaba calentando para su amo, el militar y político, Juan Manuel Ortiz de Rosas. Al regresar, encontró una sustancia espesa y caramelizada. Otros dicen que el inventor de la base del dulce de leche, es decir de la leche condensada, fue el mismísimo Napoleón que durante sus campañas necesitó encontrar la manera de transportar más fácilmente la leche para sus soldados, sin que ésta se dañara. Discusiones sobre su paternidad aparte, el arequipe está riquísimo, no engorda casi nada -jajaja-, y al colombiano le encanta tomárselo solo, con brevas, pasas, frutas confitadas, queso, cuajada y obléas.

Dicen los expertos que el mejor es el que tiene un color ni muy claro ni muy oscuro -como un castaño acaramelado-, es brillante y muy cremoso. Yo, antes de despedirme, quiero colgar un vídeo de Arequipe Alpina -una de las marcas más conocidas- para que os riáis un rato.



sábado, 8 de octubre de 2011

Desde el corazón del mundo

La Constitución Nacional reconoce 83 grupos indígenas en Colombia aunque se han llegado a contabilizar en el país más de cien. Hoy os quiero hablar de los koguis, los Hijos del Jaguar, descendientes de la antigua cultura tayrona.

Cerca de 8.000 de estos indígenas viven en la Sierra de Santa Marta, el centro y corazón del mundo, según su mitología y, por cierto, la única montaña nevada del mundo a orillas de un océano y la más alta. Junto a los arhuacos, arsarios y kankuamos- los koguis se consideran los Hermanos Mayores e hijos de la madre universal y por ello se sienten comprometidos a velar por el equilibrio entre las fuerzas del Universo, la vida y los humanos. El resto de los mortales -todos nosotros incluidos, claro- somos los Hermanos Menores, desterrados de esas tierras hace miles de años por no respetar a la Madre Tierra. 

Para estos indígenas, la Sierra es una representación del cuerpo: los picos nevados -donde nacieron los primeros hombres- son la cabeza, por eso los hermanos mayores son el pensamiento que cuida la naturaleza y sostiene el equilibrio del corazón del Planeta; el agua y las lagunas, el corazón; los ríos representan las venas; los árboles, el cabello y la tierra, los músculos.

Mambear es un ritual de suma importancia para los koguis. La hoja de jayo -hoja de coca- es recolectada y tostada por las mujeres. Los hombres introducen en el poporo de calabazo la raspadura de cal extraída de las conchas de mar, con un palo sacan la cal de la semilla y lo llevan a la boca del lado donde están masticando las hojas de coca. Esta combinación del poporo y el mambeo al encajar el palo en la semilla acompañado de la coca significa para ellos la creación universal, a partir de la unión entre lo femenino y lo masculino; el poporo o semilla donde está la cal representa el útero, lo femenino; el palo con el que se extrae la cal para luego combinarla con la coca es lo masculino, el falo; y la semilla y la coca, la planta sagrada que permite la conexión con la fuerza creadora.

La máxima autoridad de los koguis la constituyen los Mamos, escogidos desde su nacimiento. A través de profundas meditaciones -en las que aseguran comunicarse con las plantas, animales y otros seres vivos-, ayunos de varios días y ofrendas, ayudan a crear el balance y la armonía necesaria para el mundo.

Y antes de terminar, una curiosidad. En el 2012, en Londres y a orillas del Támesis, se instalará el primer reloj lunar del mundo que llevará por nombre Aluna, palabra que para el pueblo kogui significa pensamiento y océano, algo que precede a la creación, un espacio trascendental.


viernes, 7 de octubre de 2011

Christian Dior y la tagua colombiana

Las pulsera de la foto está hecha de la semilla de una palmera llamada Macrocarpa Phytelephas que crece en los bosques tropicales de Colombia, Panamá, Brasil y Ecuador.

Popularmente se le llama tagua, tiene forma de nuez -la veis en la imagen-, y es dura, lisa y opaca. Su textura y color se parecen al marfil, por eso la llaman marfil vegetal. Los españoles que llegaron a Colombia ya la utilizaron para hacer botones, mangos de paraguas y bastones, pipas, servilleteros, peines, fichas de ajedrez, teclas para piano, abrecartas y otros muchos utensilios. Desde el siglo XVIII, especialmente en la ciudad de Chiquinquirá, los artesanos elaboran bellas y exóticas piezas como figuras de ajedrez, pipas, pesebres, vasijas, candelabros y todo tipo de bisutería.

La tagua alcanzó su época dorada entre 1900 y 1920 cuando era exportada en grandísimas cantidades a Hamburgo y Estados Unidos, donde el 20 por ciento de los botones que allí se producían eran de tagua. Pero llegó el plástico y se acabó el negocio que volvería a florecer cuando hace unos años las grandes firmas de alta costura -como Christian Dior, Yves Saint Laurent y Versace-, pusieron sus ojos en la tagua al no poder conseguir más marfil para los accesorios de sus diseños tras prohibirse la caza de elefantes y rinocerontes.

Un dato: cada palmera produce hasta 15 frutos y cada uno de ellos lleva dentro aproximadamente unas 30 semillas, llamadas "pepas", "corozos" o "nueces" que hay que dejar secar al sol durante tres meses, antes de pulirlas y teñirlas.

Yo tengo un llavero de tagua, de un increíble color verde esmeralda, que compré hace muchos años aquí en Bogotá y que me encanta acariciar cuando meto la mano en el bolso y busco mis llaves.


jueves, 6 de octubre de 2011

Una tortilla de hoja de coca


Stapurab may en lengua namtrik -que es la que hablan los indígenas guambianos que viven en el Valle del Cauca colombiano- significa comida para inaugurar los cultivos y así se llama el plato que ganó hace unos días aquí en Bogotá el Premio Nacional de Gastronomía en la categoría de Reproducción. ¿Y cómo es la receta en cuestión? Un pedazo de torta cuyo principal componente es la hoja de coca, además de quinua con verduras, albóndigas de curí o conejillos de indias, puré de mafafa (tubérculo muy similar a la papa), sopa de maíz y té de coca. ¿Sabrosa, verdad?

Pero claro, pasó lo que pasó. Cuentan los autores de esta receta -por cierto muy común entre la comunidad indígena- que durante su elaboración más de uno se acercó a la mesa para preguntar si las hojas de coca que estaban utilizando eran "legales". Y ellos tuvieron que aclarar que para los pueblos indígenas la coca no es "la mata que mata" sino parte fundamental de su historia y que además la ONU, en 1966, avaló su uso tradicional en el mambeo y la alimentación de sus comunidades.

En la categoría de Innovación, que busca reinterpretar un plato de la cocina autóctona nacional, el ganador en este Premio Nacional de Gastronomía fue el grupo Minka de La Guajira con el plato Pastores de Mar, compuesto por bolitas de friche (mezcla de carnes) en pasta de camarón sobre jarabe de tomate rojo. Qué delicia.

En La Guajira ser pastor significa poder transmutar una especie animal en alimento para el cuerpo y el alma. Supone un alto prestigio dentro del clan y logra reunir los valores necesarios para alcanzar el paraíso. El pastoreo ocupa un lugar simbólico en la cultura wayúu, tanto, que incluso los pescadores y camaroneros son conocidos como apalaanchi, pastores de mar.

Estas dos recetas fueron las ganadoras, pero hubo más, a cual más apetitosa: Sudado de capitán, elaborado con el pescado emblemático del río Bogotá; Caldo de camarón munchillá, preparado con diferentes tipos de plátano; Hallaca deconstruida, basada en la tortilla de masa o harina de maíz envuelta en hoja de plátano que se prepara en la costa; y Bocachico "entangao" con puré tricolor de achira, plátano y arroz.

Mamá, ¡qué hambre!


miércoles, 5 de octubre de 2011

Esto de pianguar se va a acabar


Años, años, años y más años sacando sin parar y sin control  millones y millones de pianguas -como las que veis en la foto- de los manglares del Pacífico colombiano. ¿Y ahora qué? El molusco en cuestión, al que en Ecuador llaman pata de mula y en México, almeja sangre -con estos nombres sinceramente qué pocas ganas dan de comérselo- está en peligro de extinción y lo han tenido que incluir en el "Libro rojo de invertebrados de Colombia". Hasta hay ya expertos que no le dan más de 5 años de vida. 

¿Y qué es lo que ha pasado para llegar a esto? Pues que el desempleo en toda esa zona ha llevado a que muchísima gente busque su medio de vida en estas pianguas que, por cierto, cada día tienen más difícil sobrevivir por la tala descontrolada de los manglares y porque las capturan muy pequeñas, incluso antes de su proceso de reproducción. Pobrecitas, así no hay manera.

Habitualmente son las mujeres y los más jóvenes -los hombres salen a pescar- los que recolectan las pianguas. Al amanecer agarran sus canoas, se plantan en los manglares y, aprovechando la marea baja, "conchean" durante más de ocho horas.

Más de 30 mil familias dependen de este molusco con el que se preparan caldos, sopas, guisos, ceviches y otros exquisitos platos como el que ganó el Premio Nacional de Gastronomía de Colombia hace unos años, el Tamal de Piangua, un plato reservado para Semana Santa y que hoy en día se consume los domingos, en fechas especiales y se vende en los mercados por encargo. Ahí va la receta:

La piangua se pone a hervir. Se abre la concha y se le saca la carne que ya está precocida y se pica. Se hace un buen sofrito con cebolla, tomate, orégano, tomillo y ajo, se le echa la piangua picadita y leche de coco, que es la que le da el punto. Después, se prepara la masa de plátano verde, se licua, se cocina, se le echa aceite y un poquito del mismo sofrito que se hizo para el relleno y se arma el tamal.

Parece fácil ¿verdad? Pues si queréis preparar este delicioso plato no os durmáis en los laureles porque esto de pianguar se va a acabar.


martes, 4 de octubre de 2011

¿Un terremoto?

¿Habéis participado alguna vez en un simulacro de evacuación? Yo, en mi vida, así que me estoy preparando a conciencia para tomar parte activamente mañana en este ejercicio de prevención con el que quieren prepararnos para una posible emergencia de gran magnitud -como un terremoto-, y en el que está previsto tomaremos parte 4,8 millones de personas que vivimos aquí en Bogotá. Se dice pronto.

¿Y qué vamos a tener que hacer? Pues a la hora acordada, a las 11 de la mañana, abandonar nuestras viviendas y puestos de trabajo, buscar un parque, plaza, espacio público seguro o cualquiera de los 49 puntos de encuentro que se han previsto en la ciudad y allí esperar a que termine todo el proceso de evacuación para regresar, con calma, a nuestros sitios de origen. Madre mía, esto me suena a película. Si Charlton Heston y Ava Gardner levantaran la cabeza. Menos mal que nos han jurado y perjurado que no van a sonar ni sirenas ni nada por estilo. Un acierto porque sino todo esto se puede convertir en una cosa de locos.

Hay una web en la que explican lo que hay que hacer y dan una serie de consejos para evitar sustos como, por ejemplo, no dejar a nadie sin identificar entrar en tu casa con el pretexto de ayudarte en el simulacro; no sacar enseres y electrodomésticos a la calle -la gente se pone histérica y baja al portal hasta la nevera-; cerrar bien la vivienda y no olvidar los documentos personales.

Iba a salir esta noche a darme una vuelta pero mejor me quedo en casita porque si no, no sé quién me va a sacar a mí mañana de la cama...

lunes, 3 de octubre de 2011

Simón Vélez y la arquitectura vegetariana


El Financial Times ha dicho que es el responsable del "renacimiento moderno del bambú". Se llama Simón Vélezes colombiano y uno de los mejores arquitectos del mundo.

Aquí en Colombia al bambú se le conoce como guadua y hasta que llegó Vélez las estructuras realizadas con este material eren poco resistentes al clima y al paso del tiempo porque las piezas se juntaban con fibras naturales, como sogas y esas cosas. Pero apareció este revolucionario arquitecto y descubrió que al inyectar cemento en el interior del bambú sus extremos se volvían rígidos lo que permitía establecer conexiones con otros materiales, utilizando platinas y tornillos. Y así se acabó el problema. Vélez desafió a la arquitectura tradicional dejando más que claro que la guadua era lo suficientemente fuerte para cumplir los estrictos códigos de construcción europeos.

¿Sabías que el bambú supera en peso y resistencia al acero, es cinco veces más resistente que el cemento y que su relación peso-resistencia es tan sólo comparable a la obtenida por las aleaciones de metales de la era espacial? Además, un bosque de esta planta se regenera cada 5 años sin necesidad de replantarlo, lo que lo hace altamente sustentable como materia prima de la construcción, al contrario de especies como el cedro (20 a 25 años) y el roble (75 a 80 años). Para Simón Vélez, el empleo de este acero vegetal -que ha utilizado para construir residencias, puentes e iglesias-, tiene una finalidad que va más allá del ámbito ecológico: "Cuando compras acero estás enriqueciendo a alguien que ya es muy rico; cuando adquieres bambú, ese dinero se lo estas dando a los campesinos pobres que necesitan esos recursos".

Suyos son el Museo Nómada de Ciudad de México, el pabellón colombiano en la Expo Hanover, proyectos levantados en Hong Kong, Estados Unidos, Ecuador y Panamá o la Catedral de Pereira, en el eje cafetero colombiano, zona de gran actividad sísmica, un peligro para el que la flexibilidad y resistencia de las construcciones en bambú presentan grandes ventajas porque, como dice el Vélez, "el bambú no es sismoresistente, es más bien sismoindiferente". Me gusta.

Enhorabuena Sr. Vélez y un ruidoso aplauso para su arquitectura vegetariana como a usted mismo le gusta llamarla.

Aquí os dejo un vídeo para que conozcáis mejor a este grandísimo arquitecto.


sábado, 1 de octubre de 2011

El huevo vegetal

Mi amiga Paula está trabajando en Cali, así que el otro día me pidió que fuera a supervisar un almuerzo en Bogotá para el que le habían encargado el diseño del menú. Todas las recetas que servimos estaban elaboradas a base de tres frutos típicos colombianos: el chontaduro, el borojó y el tamarindo. Hoy os quiero hablar del primero de ellos.

El chontaduro es uno de los componentes esenciales de la cultura y gastronomía del Pacífico y ha sido la base de la alimentación de muchos pueblos indígenas desde tiempos precolombinos. Popularmente se le conoce como "huevo vegetal" por su enorme potencial nutricional al ser rico en proteínas, aceitas, vitaminas y minerales. Dicen que además de ser un potente afrodisiaco, es un excelente remedio para enfermedades como anemia, anorexia , fatiga crónica, artrosis, osteoporosis, raquitismo o problemas digestivos .

Hasta hace no mucho, el chontaduro crecía silvestre y sólo se utilizaba para alimentar a los cerdos. Hoy en día, además de comerse cocinado, sirve de base para harinas, pastas y chicha, que es una bebida. De su semilla se saca aceite para cocinar y de los brotes jóvenes de la palmera en la que crece, palmitos. Su madera se utiliza en la construcción y para fabricar las teclas de la marimba. Con las hojas se tejen canastillos y con la corteza se fabrican esterillas. Hasta existe una empresa colombiana que ha empezado a comercializar y a exportar a medio mundo cosméticos a base de chontaduro, aprovechando su alta concentración de vitamina A, poderoso antioxidante.

En las esquinas, parques y semáforos de toda Colombia hay unos carritos, como los de la foto, en los que se venden chontaduros para comer solos o bien acompañados de sal, miel o limón. Tengo que reconocer que a mí así sin cocinar no me gustan nada -saben a rayos-, pero el otro día disfruté saboreando la crema de chontaduro, con aroma de cilantro y brocheta de camarones y el mouse de borojó y chontaduro que prepararon para el almuerzo. Todo estaba delicioso.