miércoles, 28 de diciembre de 2011

Escalera al cielo


Hasta hace tres días los vecinos del barrio de Las Independencias de la Comuna 13 de Medellín tenían que subir cerca de 500 escalones de cemento y tierra encajados en la montaña para llegar a sus casas, además de caminar por algunos tramos que cuando llovía mucho se convertían en auténticas pistas de patinaje. Para matarse. Desde el pasado lunes este infierno se ha acabado y este mismo trayecto, tanto de subida como de bajada, lo hacen en no más de cinco minutos a bordo de unas modernísimas escaleras mecánicas de acero inoxidable traídas desde Japón -las de la foto-, las únicas que se utilizan en Colombia como transporte público -hay muchas en los centros comerciales, claro-, y las primeras en el mundo ubicadas en un sector marginal y de bajos recursos como éste. 

En principio se han instalado seis tramos de escaleras eléctricas pero está previsto construir paseos peatonales, parques, bibliotecas y centros deportivos y de ocio. ¿Y todo para qué? Para pegarle un buen lavado de cara a esta zona, una de las más conflictivas de la ciudad.

Y como en Medellín saben hacer las cosas muy bien en esto del urbanismo social -o por lo menos a mí me lo parece- en noviembre se adelantaron e instalaron una "escala escuela" para enseñar a los vecinos cómo funciona el servicio. Así que ahora lo han inaugurado y todo el mundo sabe utilizarlo y cuidarlo. En fin, una escalera al cielo; qué buen regalo de Navidad. Y a vosotros, ¿qué os parece?

domingo, 25 de diciembre de 2011

El café y el bigote de Arnulfo

El de la derecha es el archiconocido Juan Valdez -en la foto, sin su inseparable mula "Conchita"- y el de la izquierda, pañuelo rojo al cuello estilo San Fermín y bigotazo, se llama Arnulfo Leguizamón Giraldo, es propietario de una finca de café de 14 hectáreas en el municipio colombiano de San Agustín, del Departamento de Huila y con una calificación de 94 sobre 100 puntos obtuvo hace unos días el primer puesto en la novena edición de la Taza de la Excelencia Colombia 2011. ¿Y esto de qué va?  Pues es un prestigioso y exigente certamen promovido por la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia y supervisado bajo los protocolos de The Alliance for Coffee Excellence de Estados Unidos con el fin de incentivar y promover la producción de café de alta calidad en todo el país.

Arnulfo cultiva café en su pequeña finca, con la ayuda de su esposa y de sus cuatros hijos, pero en la vida se le había pasado por la cabeza ganar este concurso. Pero mira lo que son las cosas; lo ha conseguido y además el jurado calificó su producción como "casi perfecta". Cuando lo oyó, lloró de alegría y es que no es para menos. Avispados empresarios norteamericanos ya lo han visitado para comprarle toda la producción y venderla en los mejores comercios de las grandes ciudades.

Os cuento que Huila es el segundo productor de café de Colombia con más de 126 mil hectáreas cultivadas y aporta el 15,05% de la producción de todo el país. Más de 73 mil agricultores cafeteros, asentados en cerca de 93 mil fincas, tienen que ver con la industria cafetera en esta región que en los últimos años ha dado alguno de los mejores cafés del mundo.

Enhorabuena Arnulfo por tu premio y ojalá, si han dejado algo los americanos, podamos probar el café que, a buen seguro, con tanto mimo, paciencia y amor cultivas. 

jueves, 22 de diciembre de 2011

La cumbia se llama Totó

Su nombre en africano significa mujer pequeña de corazón grande. Nacida en Mompox, una isla plantada en medio del colombiano río Magdalena, tiene 71 años, tres hijos y nueve nietos. Fue bautizada como Sonia Batanza pero todos la conocemos como Totó La Momposina. Es la reina de la cumbia. 

Embajadora y representante del folclore colombiano, lleva años y años recorriendo el país en busca de leyendas, tradiciones, instrumentos, ritmos y canciones y alborotando el ambiente al son del chandé, el bullerengue, el mapalé y la cumbia. Y como lo suyo es animar cuerpos y corazones, hasta se atrevió en 1982 a plantarse vestida de vivos colores y lentejuelas en la solemne y protocolaria entrega de los Nobel para cantar y acompañar a su amigo García Márquez que esa noche recibía uno de sus galardones. 

Lo de la música le viene de familia y la suya es la cuarta generación de artistas, pero ella ha llegado tan lejos que sus canciones se oyen en medio planeta. De jovencita cantó por toda Colombia junto a su madre y sus hermanas en un grupo que se llamó Danzas del Caribe. Con los años fundaría el suyo propio: Totó La Momposina y sus Tambores.


A Totó la he visto en un concierto de La Mar de Músicas de Cartagena, muy cerca de mi casa en España. Y tengo que reconocer que de ella me gusta todo pero lo que más, su sonrisa, el contoneo de sus caderas, la sangre africana que corre por sus venas y la hermosa tierra que la vio nacer. ¡Que viva Colombia!


miércoles, 21 de diciembre de 2011

¡ Minutos de celular ! ¡ Minutos de celular !

En Bogotá cabinas telefónicas las hay contadas con los dedos de la mano; yo en estos seis meses que vivo allí habré visto como mucho dos o tres y mira que paseo y paseo por la ciudad. Locutorios existen, y muchos, pero suelen estar muy llenos y hay que esperar. Pero esto no es problema: si vas por la calle, no tienes celular -móvil, como le decimos en España-, se te ha olvidado en casa o se te agotó el saldo -te quedaste sin minutos vamos-, no sufras: en casi cada esquina encontrarás un minutero o minutera (como el de la foto) perfectamente identificado con su pancarta o su cartel en el pecho y en la espalda que te prestará uno de sus móviles -eso sí, atado a una cadena para que ni se te ocurra agarrarlo y salir corriendo- con el que podrás hacer tu llamada a un precio sorprendentemente barato, entre 100 y 350 pesos colombianos (recordad que 1€ viene a ser unos 2.350 pesos). Es el negocio de los "Minutos de celular".

Yo este servicio no lo había visto en ningún otro sitio del mundo y la verdad es muy cómodo, pero ¿qué encierra todo esto? El negocio, según he investigado, fluye a través de una cadena en la que cada uno gana según el lugar que ocupe en ella. En lo alto están los dueños de las líneas que pueden llegar a operar hasta con mil de ellas. Por detrás, los subdistribuidores, los llamados patrones, intermediarios que trabajan como empleados de los primeros y ganan un porcentaje por minuto registrado. Son los más conocidos, los que dan la cara en el negocio y se encargan de contratar y controlar a los trabajadores, pagar facturas y administrar y ordenar su zona de influencia. Y en la base de la cadena están los minuteros y minuteras, los que uno ve en la calle con sus pancartas y sus chalecos identificativos y varios celulares encadenados a sus cuerpos y que son los que menos ganan, claro.

Los negocios de telefonía que pagan religiosamente sus impuestos y arriendos llevan años poniendo el grito en el cielo y quejándose por la competencia desleal. La Policía, por si fuera poco, dice que muchas extorsiones y amenazas se hacen desde esos teléfonos callejeros pues los delincuentes saben que es una manera fácil de no dejar rastro. Pero me temo que esto de los minutos de celular ya no hay quien lo pare. 

lunes, 19 de diciembre de 2011

El Rey del Despecho


En esto del amor los colombianos son únicos; hasta tienen un Rey del Despecho -el de la foto- que canta eso de "Yo nací­ para distraer el dolor, es que a mí me duele lo que hacen mal hecho, desde que un amor me pagó con traición". Me pregunto cuánto aguardiente se habrá bebido en Colombia a costa de este tipo y sus canciones. Mucho, imagino. Y es que con más de 6 millones de discos vendidos, Darío Gómez es toda una institución y de su vida, repleta de golpes y disgustos, han salido cerca de un millar de temas conocidos en toda Latinoamérica donde lo idolatran y adoran.

Al pobre Darío le ha pasado de todo. Al fallecimiento de su padre siguió el de su adorada hermana Rosángela que murió bien joven por un derrame cerebral y a la que dedicó "Ángel perdido", el que sería su primer éxito con más de 600.000 copias vendidas en seis meses. Luego desaparecería su amigo del alma. Pero lo peor llegaría con el asesinato en Medellín de su hija Luz Dary. A todas estas pérdidas, que no han sido pocas, se suman sus amores y desamores a los que Darío, además de llorar a lágrima viva, ha puesto letra y música para pasearlos por medio mundo incluido algún país nórdico donde sus fans enloquecen al escuchar eso de  "te quise mucho y me estabas matando, con desprecios que yo nunca he merecido, pues no hay derecho para amarte tanto, tu maldad me dejo el corazón muy resentido". Pobrecito.

Aquí os dejo su tema más famoso, "Nadie es eterno". La letra, la verdad, no tiene desperdicio.


viernes, 16 de diciembre de 2011

Bart Simpson y la pollera colorá


Hace unos días, en Bogotá, murió Wilson Choperena (en la foto). Para quienes no lo conozcáis, este tipo es el autor de la letra de La Pollera Colorá, la cumbia más famosa de Colombia y uno  de los diez temas musicales más escuchados en este país en el siglo XX, con decenas de versiones por medio mundo y toda una insignia del folclore nacional. Por cierto, una pollera en buena parte de Latinoamérica es una falda o vestido con muchos adornos.

La madre de todas las cumbias, a la que le puso música el clarinetista Juan Madera, fue grabada en 1961 en Discos Tropical de Barranquilla. He rescatado este texto del "Maestro Chope": "La Pollera Colorá la compuse en el año 59. Me inspiré en el Grill Hawai, donde tocábamos las tardes de domingo, ahí llegaban parejas, hombres solos, mujeres, matrimonios. Ese día me mandó Dios esa esbeltez con una pollera colorá. Me causó admiración ver esa morena con su pollera. Entonces le dijo el maestro Pedro Salcedo a Juan Madera que tocara la cumbiecita que tenía por ahí, que no eran más que ocho compases que hacía el baterista Cecil Cuao y ese día yo había llegado como songosorongo con mis aguardientitos en el cacumen y me inspiró la morena con su espectáculo de baile de cumbia, yo con mi maracón tocando la cumbia, pensé esta esbeltez está provocativa para cantarle algo y le cante el siguiente versito: Ay, al sonar de tambores/ esa negra se amaña/ y al sonar de la caña /va brindando sus amores/ Es la negra Soledad/ la que goza mi cumbia/ Ay que negra saramuña oye caramba/ con su pollera colorá." Y de ahí a la fama, directos como un cohete.

Tan, tan, tan famosa se hizo La Pollera Colorá en medio mundo que hasta el propio Bart Simpson se atrevió a cantarla. Ahí va el enlace y debajo, la canción original para que saquéis vuestras propias conclusiones. 



jueves, 15 de diciembre de 2011

Hiber

Llegó a Bogotá desde Timbiquí con la promesa de un contrato para trabajar como músico. Al final nada salió como había soñado pero decidió quedarse y con su marimba fabricada por él mismo con madera de chonta empezó a tocar y cantar por las calles de la ciudad. De toda esta historia ha pasado ya un año y asegura que en todo este tiempo lo ha pasado realmente bien. Dice tener de todo y no necesitar de nada. Se llama Hiber Gómez y lo conocemos en una esquina de la Carrera Séptima, impecablemente vestido de blanco y con una bufanda al cuello con los colores de la bandera colombiana.

Tiene dos hijos - a los que está sacando adelante "como nos enseñaron los viejos"-, una esposa y todos viven en casa de su hermana. Se levanta a diario bien temprano, reza a Dios y sale a trabajar. Un buen día puede llegar a ganar 60 mil pesos.

¿Qué tiene para ti Colombia?, le preguntamos. Tantas cosas bonitas: el campo, la selva, los ríos, grandes edificios como los de Bogotá; aquí vivimos muy bien. ¿Cuál ha sido tu mayor triunfo en la vida? La música que llevo haciendo desde hace 13 años.

Mientras nos habla suenan los mágicos acordes de su marimba. Nos despide con una canción.  

martes, 13 de diciembre de 2011

Milena

Conocemos a Milena frente a la Catedral de Bogotá. Tiene dos hijos, 21 años y lleva seis con su carrito azul vendiendo helados por toda la ciudad. ¿Eres feliz?, le preguntamos. Sí, soy más o menos feliz aunque la vida me ha puesto muchos obstáculos. ¿Cuál ha sido tu mayor problema? Haberme quedado embarazada hace 1 año de mi segundo hijo. ¿Y tu mayor alegría? El nacimiento de mi primera hija que ahora tiene 4 años y que ese día la acompaña.

Milena se levanta a diario a las 7 de la mañana y después de arreglar su casa y llevar a sus hijos al colegio empieza a trabajar. Un buen día, depende del clima, puede llegar a ganar hasta 60 mil pesos. Se considera una buena mamá. No le gusta la Navidad, ni la política, ni que le molesten ni mucho menos el estrés que le producen los padres de sus dos hijos.

¿Cuál es tu sueño? Terminar el bachillerato, estudiar psicología e irme a vivir a Bucaramanga con la familia de mi madre; necesito cambiar de ambiente. ¿Qué quieres enseñarle a tus hijos? Que sean guerreros y que nada les asuste.

Nos despedimos de Milena, de su preciosa sonrisa, su enorme coraje y con la firme convicción de que todos sus sueños se harán realidad.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Luciano

Hace ocho años perdió su trabajo como productor de planta en una de las grandes cadenas de televisión de Colombia y ahora vende libritos en la Plaza Bolívar de Bogotá. Se llama Luciano García, es ingeniero civil, tiene 68 años y ayer nos dejó claro que a pesar de todo ha sido y es un hombre feliz

Tiene 14 hijos, una esposa de 32 años y una gran pasión por el cine y la televisión en los que ha trabajado toda su vida. Se levanta a diario a las 6,30 de la mañana, reza para que todo le vaya bien y sale a trabajar al centro de la ciudad cargado de sopas de letras y novenas. ¿Y cuánto puede ganar en un día Sr. Luciano?, le preguntamos. Un buen día, nos dice, puedo llegar a levantarme 15 mil pesos (unos 7 €).  ¿Y cuál ha sido el trabajo por el que más le han pagado? Una película dirigida por Dino de Laurentiis en la que gané 150.000 millones de pesos. Enmudecemos...

Luciano nos sigue hablando. Para él -y para mí, claro-, Colombia es un país maravilloso, el mejor vividero del mundo y los colombianos unos privilegiados por poder vivir en él. La política, un desastre. ¿Su peor momento? Las caídas económicas que no dejan a uno salir adelante. ¿Y el mejor? El nacimiento de mis tres hijas pequeñas. ¿Y un sueño Sr. Luciano? Tener paz, tranquilidad y sosiego durante los últimos años de mi vida. Que así sea. 

Regreso a casa pensando qué relativo es esto de la felicidad...

domingo, 11 de diciembre de 2011

El desayunadero de la 42

Si vienes a Bogotá y quieres probar comida típica de Santander -región al norte del país-, tu sitio es "El desayunadero de la 42". Ayer estuve allí almorzando con Juli, Dani, Ramón, Oliver y Agustín y la verdad es que estaba todo bien rico. 

El restaurante lleva más de 40 años sirviendo almuerzos, comidas y desayunos 24 horas al día. Non stop. Ayer, a mediodía, estaba bastante tranquilo pero no me quiero ni imaginar lo que tiene que ser una mañana bien temprano de domingo con todo el mundo que ha terminado la rumba y quiere entonarse el cuerpo antes de irse a dormir con un desayuno de la casa que lleva caldo con huevos, carne con arepa, ensalada, jugo de naranja, café o chocolate. Como veréis aquí no se andan con tonterías si de comer se trata.

A la hora del almuerzo y la cena sirven hormigas culonas -las llaman así por su enorme trasero relleno de huevos y ayer no las probamos porque se habían acabado-, arepas, empanadas, chicharrones, chorizos, patacones, carnes y pescados. Nosotros nos decidimos por un ajiaco y Dani se metió entre pecho y espalda un mute -nutritiva sopa que lleva de todo- y un tamal. De postre, brevas con arequipe. Y de allí, directamente a ver ganar al Barça. ¿Se puede pedir más? 

jueves, 8 de diciembre de 2011

El roedor más grande del mundo

Es el roedor de mayor peso -puede llegar hasta los 50 kilos- y tamaño del mundo. Aquí en Colombia se le llama capibara, julo, jesús, chigüiro, tanacoa, ponche, pataseca, culopando, cabiari, sancho, bocaeburro y yo qué sé cuántas cosas más. Como para acordarse de tantos nombrecitos.

En tierra es torpe y muy lento y además puede sufrir un shock térmico después de correr unos cuantos metros porque no es capaz de regular adecuadamente su temperatura corporal, pero en el agua se mueve como él solo. ¿Y cuál es su secreto? Tiene varios: el pliegue con el que cierra sus conductos auditivos antes de sumergirse, los orificios de la nariz que son muy altos lo que le permite estar casi sumergido y respirar sin ser visto y la membrana interdigital en sus patas -como la de los patos- que le ayuda a nadar con gran habilidad. 

A veces come peces y plantas acuáticas pero lo que más le gusta es la hierba, cuanto más diminuta y tierna mejor, que crece a orillas del río. Le encanta roer la corteza de los árboles para lo cual está provisto de poderosos incisivos que, como en todos los roedores, crecen varios milímetros por semana para compensar la abrasión a que se ven sometidos.

Más cosas. Me cuentan que viven unos diez años y que es muy divertido verlos en familia ya que andan siempre en fila india. Lo que no me hace tanta gracia es que aquí en Bogotá -como nos ha contado hoy Dani- hay sitios donde te los sirven bien cocinaditos y eso que es un animal en peligro de extinción y más que protegido.



miércoles, 7 de diciembre de 2011

La Bogotá soñada por Le Corbusier


Le Corbusier, probablemente uno de los arquitectos más influyentes del siglo XX, vino cinco veces a Colombia, diseñó por encargo un plan de urbanización para Bogotá y se volvió a su casa sin haber podido hacer nada y en medio de una encendida polémica entre los académicos y arquitectos -quienes veían en su proyecto una salida para un crecimiento ordenado de la ciudad- y los terratenientes, constructorespolíticos -encabezados por el entonces presidente Rojas Pinilla- que calificaron su plan como una chifladura y a él como un auténtico iluminado. 

En 1947, fecha de su primera visita, Bogotá era una pequeña capital de provincias de no más de 600.000 habitantes. Al año, y tras los sucesos del 9 de abril desencadenados tras el asesinato del político Jorge Eliécer Gaitán -conocidos como El Bogotazo-, la ciudad era otra: el centro había quedado en ruinas, el sistema de tranvías destrozado y sus principales monumentos vandalizados. Era más que urgente un plan de ordenamiento. Había que reconstruir.

¿Y qué proyectó Le Corbusier? Una urbe poco extensa en la que la vivienda -desde casas individuales hasta edificios de 18 pisos- estaría acompañada de grandes espacios públicos, como jardines y parques, además de colegios y centros de salud. Pensó además en paradas de autobuses cada 400 metros, para que los peatones no tuvieran que caminar más de 15 minutos hasta su destino y en arterias de 6 carriles, con separadores de 40 metros de ancho, en las que el transporte pesado tuviera su propio espacio.

Lo que quería Le Corbusier era desarrollar las, a su juicio, funciones urbanas básicas: habitar, trabajar, circular y cultivar el cuerpo y el espíritu. ¿Cómo? Desintoxicando el centro de Bogotá mediante circunvalares, limpiando el aire con la instalación de rutas sólo para bicicletas; levantando aceras amplias y zonas verdes; y con agua, prados y alamedas por todas partes. Si no hacemos esto, profetizó, "llegará un momento en que la ciudad colapsará porque complace al carro y arrincona al hombre". Qué razón tenía.

A pesar de todos los acuerdos y contratos previos, los políticos de turno no le hicieron ni caso y los propietarios del suelo se apresuraron a edificar cuando se enteraron de qué iba el plan. “Bogotá seguirá pateando en su mediocre destino” sentenció Le Corbusier. Sin embargo, de todo esto el arquitecto sacó grandes aprendizajes para su siguiente proyecto urbano que, afortunadamente, sí se construyó: la ciudad india de Chandigarh que alberga la mayor cantidad de obras urbanísticas firmadas por él en todo el mundo. 

lunes, 5 de diciembre de 2011

Agustín, la lechona y los niños de San Luis

Tengo claro que poniendo ganas y corazón se puede cambiar el mundo o, por lo menos, hacerlo un poco mejor. Agustín Torres  piensa lo mismo. Es argentino, músico terapeuta, compositor y cantautor, llegó hace 14 años a Colombia y desde entonces se ha dedicado a trabajar con niños y jóvenes colombianos en situación de riesgo a través de Healing Colombia, fundada junto a su mujer Paloma. 

Ayer por la tarde en Bogotá llovía a cántaros y estaba todo medio inundado, pero Cata, Caro, Manuela, la pequeña Sofía y yo nos montamos en el carro y, sorteando todos los inconvenientes, nos plantamos en San Luis, unos de los barrios más deprimidos de Bogotá y uno de los centros de trabajo de la Fundación donde nos esperaban Agustín junto a todo su equipo y un montón de niños del barrio para celebrar juntos el comienzo de la Navidad.

De verdad, me contagiaron la ilusión, la esperanza y el compromiso de Agustín al hablarnos de su Fundación, de cómo trabajan con estos niños y jóvenes, víctimas de la violencia que ha azotado este país durante años, mediante talleres de motivación, valores, prevención integral, educación y deportes, y también de sus programas de distribución de ayuda humanitaria a las poblaciones en situación de desplazamiento forzado y extrema pobreza. Y fui más que feliz viendo bailar y cantar villancicos a estos niños y niñas que han encontrado en la Fundación y en su gente un verdadero apoyo.

Y como aquí en Colombia se celebra todo a lo grande pues para rematar la fiesta nos comimos una lechona (la de la foto) que, para quien no lo sepa, es un plato típico de la región de Tolima y que consiste en un cerdito con la piel bien tostadita -el cuero lo llaman aquí-, relleno, entre otras cosas, de su propia carne, arroz y arvejas, guisantes para que nos entendamos. De postre, natillas -cocinadas por mi amiga Caro- y buñuelos. Delicioso. Gracias a todos; regresé a casa con el estómago más lleno pero con el corazón más grande.

Por cierto, la Fundación necesita voluntarios así que si os animáis entrad en la web donde está toda la información.


jueves, 1 de diciembre de 2011

Cuanto amor

Unos lo llaman arowana, con o, y otros arawana, con a. Qué más da. La primera vez que vi a este pez del Amazonas -del que se han encontrado fósiles que datan de hace 170 millones de años- fue hace unos días nadando plácidamente en una de las peceras del Acuario de Medellín y me maravilló todo lo que de él allí me contaron. Lo que más me gustó aprender, y lo que más me sorprendió claro, es que en esta especie son los machos, y no las hembras, los que guardan y transportan los huevos en sus bocas mientras dura la larga incubación (unas 5-6 semanas). Al nacer, los alevines abandonan la boca del padre, pero si advierten algún peligro, zas, vuelven a refugiarse en ella hasta que alcanzan más tamaño. Durante el periodo de incubación bucal el macho presenta una mancha ovalada distintiva en la mandíbula y, lo que es más increíble, ¡¡no come!! Nunca había oído nada parecido. La verdad, cuanto amor.

Pero aquí no acaba la cosa. El Pez Dragón -es otro de sus nombres- tiene un cuerpo hidrodinámico con forma de misil -músculo puro-, y una enorme boca que es toda una máquina de matar. Suelen nadar en aguas superficiales, a la caza de su presa, pudiendo alcanzar en su ataque velocidades de hasta 40 km/h. También se le conoce como Pez Mono por su habilidad para saltar fuera del agua si tiene hambre. De vista prodigiosa cuando come no hace ascos a nada: ranas, roedores, insectos, pequeños pájaros, otros peces... Pues vaya con el pececito.... Mejor tenerlo de amigo.