lunes, 31 de diciembre de 2012

Nochevieja, Murcia y las uvas de la suerte

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¡No me lo puedo creer! Años, años y más años atragantándome Nochevieja tras Nochevieja por culpa de las "malditas" uvas y voy hoy y me entero que "la culpa" de esta tradición la tienen en parte, los agricultores de Murcia, mi ciudad, que en 1909, junto con los de Alicante, otro rincón del Mediterráneo español, tuvieron tan buena cosecha de esta preciada fruta que llegaron las Fiestas y para vender más se inventaron que todo español viviente tenía que zamparse 12 uvas la última noche del año para atraer la buena suerte. La campaña fue un rotundo éxito pero es que ya llovía sobre mojado: unos años antes, en 1882, un grupo de madrileños había decidido el 31 de diciembre plantarse en la Puerta del Sol y comerse doce uvas acompañados del sonido de las campanadas del reloj de la Real Casa de Correos. ¿Y por qué les dio por ahí? Porque estaban bien enfadados por un bando del alcalde que criticaba y sancionaba las actividades ruidosas en estas fechas y también para mofarse de la aristocracia española que, imitando a la francesa, ya gustaba tomar champán y uvas en sus Nocheviejas.

Dicho y hecho; España acogió con entusiasmo el rito y la cosa cogió tanta carrerilla que países como México, Venezuela, Argentina, Ecuador, Perú, Chile y mi querida Colombia adoptaron la tradición. Y otros lugares del mundo no nos hicieron ni caso, menos mal, y esta noche en vez de uvas comerán lentejas, romperán vajillas o se vestirán con lunares como en Filipinas. 

Tradiciones y ritos para recibir el año hay para dar y regalar: Para atraer la buena suerte, vestir ropa interior roja. Para la prosperidad económica, llevar dinero en el zapato o lavarse las manos con cava y azúcar. Para viajar más: sacar las maletas y dejarlas fuera frente a la puerta de casa. Para conseguir amor, encender velas blancas, rojas y verdes y dejarlas encendidas hasta que se consuman. Yo todavía no sé por cuál decidirme pero lo que tengo claro es que comeré las 12 uvas, o trataré de hacerlo, y me bailaré la cumbia de abajo, todo un himno colombiano para esta noche; ¿Y tú? ¿Qué harás esta noche para despedir el año y recibir el nuevo? 





sábado, 29 de diciembre de 2012

Vallenato para rato

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Ando preparando mi equipaje; mañana regreso a Bogotá después de unas muy felices vacaciones familiares en España. Me encantaría tener un rato y poder escribir pero como en mis viajes siempre lo dejo todo para el último momento ando como loca intentando meter en las maletas todo lo que me quiero llevar de vuelta, jamón serrano y chorizo incluidos. Reconozco que os tengo abandonados desde hace días -sorry, sorry, sorry- y como no quiero por nada del mundo que os olvidéis de mí ahí va un vídeo que grabé en Valledupar -famosa en el mundo entero por su Festival de Vallenato- a los alumnos de la Academia de Andrés “El Turco” Gil. Con estos artistas en Colombia hay vallenato para rato.

martes, 25 de diciembre de 2012

To the Amazon

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Yo, como Clare Weiskopf, admiro a las personas que se arriesgan a dejarlo todo y saltar a lo desconocido. A Clare no la conozco, todavía, pero sigo con muchísimo interés el documental que está dirigiendo, junto a su esposo y fotógrafo Nicolás Van Hemelryck, sobre Valeria, su madre, una mujer que se atrevió.
En esta foto tomada en Londres Valeria tenía 19 años, un preciosa y rubia melena y una profunda mirada. El 8 de enero cumplirá 77 y lo celebrará en su casa de Leticia, en el Amazonas colombiano, donde vive desde hace muchos años en una reserva natural fundada por ella misma. Con su documental To the Amazon / Al Amazonas Clare quiere contar la vida de esta pintora, soñadora, viajera incansable, maestra, sanadora, hippie, madre y abuela que abandonó Europa y todas las comodidades que allí tenía para recorrer a remo los 1.500 kilómetros del río Putumayo en "un acto de locura y entrega en nombre de la curación", escribir varios libros, cantar y toca el cuatro. Pero para poder filmar esta fascinante historia y recaudar los 15 mil dólares que costará hacerlo necesita nuestra ayuda.
Hay muchas manera de colaborar y vincularse al proyecto y también, gratificaciones por hacerlo: desde los libros escritos por Valeria, el cedé con su música, fotografías de edición limitada (como la de abajo) y hasta una estancia en la reserva donde ella vive en el Amazonas con sesión de reiki incluida. Todos los detalles están en esta web. ¿Te animas? Hay más información del proyecto en el blog y en facebook.
Seguro que después de ver este trailer no lo dudas....

http://vimeo.com/nicolasvanh/totheamazon

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lunes, 24 de diciembre de 2012

¡Feliz Todo desde España!

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¡Feliz Navidad, Feliz Nochebuena, Feliz Año y Feliz Todo!
Os mando desde España un vídeo de felicitación que ha grabado mi sobrino y ahijado Abelard para que conozcais a mi perro Rex ♥


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domingo, 23 de diciembre de 2012

Mi fantástico 2012 (II)

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He necesitado unas cortas vacaciones para asumir que finalmente el mundo no se acaba y que me queda carreta para rato. Y como sigo viva y lo prometido es deuda aquí estoy con el listado que me quedó pendiente de todo lo que he hecho en Colombia en este 2012. Ahí vamos:
Bañarme en Caño Cristales, el río más hermoso del mundo
Probar la feijoa, la fruta de la eterna juventud
Encontrar la paz, o por lo menos intentarlo, en Villa de Leyva
Hacerme amiga de D. Hernando, el zapatero de mi barrio
Entender qué es eso de bailar salsa después de viajar a Cali
Descubrir Cucunubá la bella y sus casas coloniales
Olvidarme del mundo en el Amazonas
Navegar de noche por el río Mata-Matá
Dormir en un árbol a 40 metros de altura
Chuparme los dedos con el mote que prepara Diana García de frijolitos con ñame
Bailar con Esteman
Aficionarme al cine colombiano con películas como La Sirga
Merendar las arepas de Milena y Nicolás en La Calera
Probar la chicha en La Candelaria
Bucear entre tiburones en la isla de Providencia
Hacer tubing en el río Palomino
Emocionarme viendo saltar a un ballenato
Prometer volver a la Ensenada de Utría
Perderme por los cerros de Bogotá
Abrir mi corazón al vallenato
Vivir una jornada de paz y trueque en La Minga
Bailar al ritmo de Chocquibtown
Enamorarme de Palomino, un pedacito de cielo a orillas del Caribe
Desayunar masato con canela
Comer kilos de Frunas
Hacer fotos, fotos y más fotos
Superar las 400.000 visitas de mi blog
Salir a caminar con mis amigos de Caminantes
Escribir, escribir y escribir 
Comer iguana con coco
Conocer a Juan
Y, lo más importante, darme cuenta de que no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita

¡Feliz Nochebuena para todos!

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viernes, 21 de diciembre de 2012

Mi fantástico 2012 (I)

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Anoche no tenía claro si hoy se termina el mundo o no así que antes de acostarme, y por si las moscas, me dediqué a repasar todo lo que he hecho en Colombia en este 2012 y han sido tantas cosas que me han hecho tan feliz que si al final se cumplen las predicciones mayas a mí, como dicen en mi país, "que me quiten lo bailao".
El listado es muy largo así que he decidido hacer dos entregas. Mañana, si sigo viva, compartiré la segunda.
Bailar Tolu con la Orquesta de Lucho Bermúdez
Presentarme a un casting de RCN para una telenovela que nunca gané, claro
Probar la Pony Malta y atreverme a decir que no me gusta
Engancharme de por vida a las Chocolatinas Jet
Conseguir en un sólo día 17.000 mil visitas a mi blog
Pederme con mi amigo Dani en Paloquemao y conocer a la Reina del Ají
Darme cuenta de que en el fondo nunca me gustaron las corridas de toros
Descubrir la Librería Merlín de Bogotá
Hacerme adicta al Chocoramo y a las empanaditas y tamales de Pipián
Perderme entre los samanes del Valle del Cauca
Descubrir los frailejones del páramo de Sumapaz
Comer mojarra con arroz con coco y patacones
Quitarme el guayabo con un refajo
Ver por primera vez una fruta de 4 kilos y 40 centímetros de alto
Conocer la Catedral de Chiquinquirá
Aficionarme a poner aguacate a todas mis sopas y guisos
Meditar y hacer yoga en el Parque Tayrona
Bailar Cali Pachanguero del Grupo Niche
Enamorarme de Medellín
Quererme quedar a vivir en San Andrés
Comer kilos y kilos de mamoncillo
Desayunar ensaladas de frutas y jugos de todas clases
Conocer cómo se vive en Ciudad Bolívar
Probar el champús, el jugo de borojó y el cholao valluno
Navegar en la Bahía de Cholón
Mambear coca y pescar pirañas en el Amazonas
Bailar salsa y joropo
Mañana, más....


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martes, 18 de diciembre de 2012

Mi nuevo artículo para el diario español EL PAIS

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Sigo escribiendo para el diario español El País sobre Bogotá en su sección Viajeros Urbanos. Hoy han publicado mi artículo sobre Armando Records, uno de los sitios de esta ciudad donde más me gusta ir a bailar y para la revista Condé Nast Traveler uno de los 35 mejores locales de diversión nocturna del mundo. Yo cada vez que voy me lo paso bomba. Puedes leer lo que he escrito en este enlace.

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lunes, 17 de diciembre de 2012

Bendito "calentao"

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Estoy en el aeropuerto de Bogotá esperando mi vuelo a España; voy a casa a celebrar las Navidades con mi familia. Estas fiestas son siempre muy especiales pero este año para nosotros mucho más; cuando todo felizmente pase os contaré por qué. 

En fin, que aquí estoy a punto de embarcar y me ha dado de repente un hambre de lobo. ¿Y qué se me ha venido a la cabeza? El calentao o calentado si se prefiere de la foto que desayuné ayer en el barrio de Usaquén y que me supo a gloria divina. ¿Tiene buena pinta verdad? 

El calentao es uno de los platos colombianos por excelencia y se prepara con los restos del día anterior, como hacemos en España con la ropa vieja. Se sirve normalmente para desayunar acompañado de chocolate, aguapanela o un tintico, el café colombiano, y se corona con un huevo frito y una generosa ración de hogao, nuestro sofrito español a base de cebolla y tomateEl de ayer estaba realmente delicioso pero siempre el mejor es el que se cocina en casa y, sobre todo, si hubo rumba la noche anterior.

En el aeropuerto encontrar un calentao va a ser tarea imposible así que voy a tener que conformarme con un triste sandwich mientras llego a España a comerme un buen plato de jamón. ¡Felices Fiestas para todos y os seguiré contando cosas desde casa! 


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sábado, 15 de diciembre de 2012

¡A por los 2.000!

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¡Qué ilusión me haría y qué inolvidable regalo sería llegar esta Navidad a los 2.000 seguidores de mi fan page de Facebook que también se llama Colombia de una y donde comparto mis viajes y mis fotos de este país. 

Hacerme feliz es tan fácil como entrar en este enlace y darle a "Me gusta". ¡No te arrepentirás! Muchas gracias y feliz Navidad. :-)





jueves, 13 de diciembre de 2012

Del dicho al hecho NO hay un gran trecho

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¿Eres de los que piensa que del dicho al hecho hay un gran trecho? Yo nunca lo he pensado y menos aún después de participar ayer en el TEDx Bogotá y ahora os cuento por qué. Pero lo primero es lo primero: ¿Qué es eso de TED? Es una organización fundada en Estados Unidos en los ochenta que se dedica a difundir  y compartir “ideas que valen la pena” (Ideas worth spreading). ¿Y lo de la x? Son eventos locales organizados de manera independiente que buscan transmitir y replicar el espíritu TED

Once colombianos compartieron ayer en el Teatro Jorge Eliécer de Bogotá las ideas que tienen y que han puesto en práctica para cambiar el mundo y hacerlo un poquito mejor y dejaron claro que del Dicho al Hecho, tema del encuentro, no tiene por qué haber un gran trecho. Y si no que se lo digan a Alfredo Valle que, cansado de mal servicio y la inseguridad de muchos de los taxis de esta ciudad y en vez de seguir de brazos cruzados, fundó junto a otros compañeros Taxistas Twitteros o a Rosa Poveda que convirtió un basurero en una granja experimental agroecológica y autosostenible; o a Rodrigo Arboleda, presidente de One Laptop per Child Association que ha conseguido entregar dos millones y medios de computadores a niños de 40 países y en 21 idiomas. Se dice pronto. 

Más cosas. Camilo López, fundador de un proyecto  de gestión cultural-empresarial especializado en la cultura del graffiti, me convenció de que la mejor manera de reponer ventanas rotas -versus inseguridad- es pintando muros, y conocí y tuve la suerte de escuchar a Miguel Urrutia, escritor, director de cine e impulsor de una innovadora industria cinematográfica nacional bajo el lema: “Hay que hacer cine con lo que hay". ¿Quién más pasó por el TEDx Bogotá al que por cierto asistimos más de 2.000 personas? Juan Bohórquez, experto en guerras; el economista José Luis Gómez que nos lanzó una pregunta al aire: ¿Qué os apasiona? ¿Qué os hace pasar de las ideas a los hechos?; Rodrigo Reyes quien nos habló de un dieta financiera en cinco pasos, y Rodrigo Pardo, fotógrafo, director y productor de películas con el que nos dimos una vuelta por el Amazonas y nos presentó al mono tití cabeza blanco porque es vital conocer lo que tenemos para pensar qué podemos hacer para cuidarlo. Bonita reflexión.

Mujeres también hubo entre el grupo de conferenciantes de este TEDxBogotá y vaya mujeres de armas tomar. Claudia Franco nos llevó al teatro a la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia que interpretó el Aleluya de El Mesías de Haendel acompañada del Coro de los Andes; pero no os penséis que lo hizo en el escenario, no, no; el mismo patio de butacas sirvió para este genial e improvisado concierto que consiguió ponernos en pie a todos. Josefina Klinger, amiga y directora de la Corporación Mano Cambiada,  cerró el evento como ella sólo sabe hacerlo. Dijo muchas cosas que me llegaron al corazón pero yo me quedo con una: "Cada vez me siento más orgullosa de ser colombiana". Y yo cada vez me siento más orgullosa de vivir en este país con gente que pasa del Dicho al Hecho. 


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martes, 11 de diciembre de 2012

Caminando por Colombia

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Esta semana andaba un poquito melancólica y alguna paloma mensajera ha debido ir con el cuento a los Reyes Magos que no han esperado a que llegue a España para cuidarme y me han alegrado la semana con un precioso presente. Me encanta caminar así que hacerme feliz es tan sencillo como regalarme un libro que lleve por título Caminando por Colombia. Hoy he madrugado mucho -estoy estrenando casa- y mientras Bogotá despertaba he viajado por todo el país de la mano de los textos y fotografías de Andrés Hurtado, profesor, montañero, fotógrafo, periodista y, sobre todo, caminante, en este libro editado por Villegas Editores. Sabía que Colombia es bella, muy bella, pero después de hojear este libro puedo asegurar que lo es mucho más. 

Dice Andres Hurtado que tiene sus "pies olorosos a caminos". Y no me extraña; desde que con 8 años subiera el Nevado del Ruiz, su primer "cinco mil" no ha parado de recorrer no sólo Colombia sino el mundo. Y este libro es parte de este interminable viaje que esta mañana, y sin moverme de mi habitación, me ha llevado hasta las cumbres nevadas del Cocuy, la Sierra Nevada de Santa Marta, los cañones del río Chicamocha, el VaupésCaño Cristales, el Parque Tayrona, los páramos, las playas del Pacífico, Quindío y tantos hermosos lugares de este hermoso país.

Me gustan las fotos de este "Doctor en Caminos" que, como yo, prefiere el riesgo a la inmovilidad; el frío, el viento, la sed y el cansancio a la seguridad de los seres establecidos. Y como él pienso que si quieres viajar hasta las estrellas es mejor no buscar compañía.


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jueves, 6 de diciembre de 2012

Sebastián, su acordeón y "El Turco"

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Me gusta tocar el acordeón porque puedo expresar los sentimientos de mi alma a través del vallenato. Nada más conocerme y mirándome sin pestañear con sus preciosos ojitos me suelta esta frase y eso que tiene sólo 12 años. Yo me quedo de piedra y de verdad no sé qué más preguntarle después de esta profunda sentencia. Estoy en Valledupar, en un  viaje invitada por el Fondo de Promoción Turística, Fontur, y Sebastián Sepúlveda (en la foto) es alumno desde hace ya varios años de la Academia de Música Vallenata Andrés "El Turco" Gil, una institución en Colombia y en medio mundo donde la música se vive de verdad, pero de verdad de la buena, sin medias tintas. 

Es sábado por la mañana, la escuela está a reventar y la música se oye en cada esquina y sale de cada cuarto. En el patio, Sebastián, Franklin con su caja y el guacharaquero, del que no apunté el nombre pero del que nunca olvidaré sus zapatos rosados (en la foto de abajo) ni su frenético baile nos regalan algunos vallenatos memorables. Empiezo a emocionarme y me temo que como sigan así van a empezar a correr mis lagrimitas; es que estos días ando muy sensible y el vallenato dispara sin piedad directo al corazón.

"El Turco", promotor, director y todo en esta academia, con 7 años ya tocaba la trompeta. En el 66 empezó con el acordeón al que consiguió sacar sonidos hasta entonces desconocidos lo que le valió el apodo del "Rey del Disonante". A su casa empezaron a llegar alumnos de toda Colombia que querían aprender a hacer cantar y llorar al acordeón como él sólo sabía. El patio se quedó pequeño y decidió abrir esta academia que ya tiene 33 años y en la que estudian más de 1.000 niños. A Bill Clinton le cantaron La Gota fría en la Casa Blanca y tan impresionado quedó el ex presidente con la labor de la Academia que en uno de sus libros escribió esta preciosa frase: ‘Cuánto desearía que en cada zona de conflicto hubiera un maestro como ‘El Turco’ Gil”. A mí también me gustaría Sr. Clinton y mucho más después de haber tenido la inmensa suerte de visitar este reconfortante y esperanzador lugar donde al final consiguieron que de la emoción y con los versos que me dedicaron llorara como una magdalena.

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miércoles, 5 de diciembre de 2012

La Baja Guajira también existe

La Guajira / Toya Viudes / Colombia de una

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Si hace unos días me llegan a hablar de La Guajira inmediatamente me hubiera venido a la cabeza un paisaje como el de la foto de abajo (@Colombia Travel), pero jamás en la vida hubiera pensado en algo tan verde como la imagen de arriba. Es verdad que el norte de este departamento colombiano, frontera con Venezuela y con una superficie de más de 20.000 kilómetros cuadrados, es desértico y poco lluvioso, con lugares tan bellos y turísticos como el Cabo de la Vela o Punta Gallinas, pero la Baja Guajira, donde he viajado hace unos días invitada por el Fondo Nacional de Turismo, Fontur, es así de frondosa.

Aterrizo en Riohacha, capital del departamento, en plan Lawrence de Arabia dispuesta a montar en camello si hace falta pero cuál es mi sorpresa cuando nada más salir del aeropuerto empiezo a ver árboles, árboles y más árboles. ¿Pero esto de verdad es La Guajira? Sí señorita, está usted en la Baja Guajira y aquí hay hasta selva. Pues menudo despiste traía yo. No sólo hay selva es que además su territorio ocupa la Serranía del Perijal y parte de la Sierra Nevada de Santa Marta, cuyos picos nevados tenemos la suerte de ver y fotografiar y esto no es nada fácil porque suelen estar tapados. Qué maravilla.

Balneario El Pozo / Toya Viudes / Colombia de una
Calor hace mucho, para qué os voy a decir lo contrario, pero se agradece, aunque sea un ratito, porque venimos de Bogotá con los huesos helados. Además aquí hay agua y toda la que quieras para refrescarte en forma de ríos, cascadas, lagunas y saltos de agua. Esta foto la tomé en el Balneario El Pozo, en un pueblecito que se llama Hatonuevo donde nació Leandro Díaz, quien a pesar de su ceguera compuso algunos de lo más bellos vallenatos y versos que ya ocupan el lugar que se merecen en la memoria nacional como aquel que dice "Cuando Matilde camina hasta sonríe la sabana". ¿Dan ganas de saltar al agua verdad?

Río Ranchería / Colombia de una / Toya Viudes
El río Ranchería es el alma de la Baja Guajira. Después de verlo, recorrerlo y disfrutarlo me cuesta trabajo entender las pretensiones empresariales para explotar las más de 500 millones de toneladas de carbón que dicen tiene debajo de sus aguas. Menos mal que el proyecto, por ahora, parece que se ha paralizado.

Pues sí, señoras y señores: La Baja Guajira también existe y les está esperando con sus paraísos naturales y a ritmo de vallenato

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Río Ranchería / Colombia de una / Toya Viudes

martes, 4 de diciembre de 2012

Iguana con coco y otras delicias guajiras

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¿Cuál es el animal más extraño que te has comido en tu vida? Yo pensaba que con el cocodrilo y el emú que me zampé en Australia tenía el listón bien alto pero creo que me he superado con la iguana que veis en la foto y de la que chupé hasta los huesecitos en mi viaje a la Baja Guajira, organizado por el Fondo Nacional de Turismo de Colombia, Fontur, dentro de su plan de promoción de destinos naturales. Antes de seguir con esta "aventura gastronómica", una importante aclaración: todas las iguanas que se comen en este departamento colombiano son de criadero y no cazadas ilegalmente. 

La Guajira Toya Viudes / Colombia de una
¿Y cómo preparan los guajiros este plato? La que me comí yo estaba cocinada con leche de coco, ají picante, cebollín, cebolla, mostaza y salsa negra. Además tuve la suerte de probarla en el Balneario del Silencio, un encantador lugar a orillas de río Ranchería (en la foto) en la localidad de Distracción y por si fuera poco a ritmo de vallenato así que el plato con estos evocadores nombres, la música y todo el amor que le pusieron las cocineras se convirtió en manjar de dioses.

Pero esta no es la única delicia de la gastronomía colombiana que he probado en este viaje. Difícil va a ser también olvidar la gallina criolla con malanga (en la foto)  con que nos obsequiaron en Urumita; la carne desmechada con arepitas de queso que desayunamos en San Juan; la arepa trifásica -por eso que lleva carne, huevo y queso- que comí en un desayunadero de carretera en la vía Riohacha-Valledupar y que acompañé con un jugo de naranja ideal para combatir el calor que hace por esas tierras; o el pargo rojo con arroz con coco que nos sirvieron en la playa de Dibulla.

Si eres de buen comer ya tienes una razón más para visitar la Baja Guajira, una tierra que a mí ya ha robado el corazón. Por cierto, ¿alguien por ahí ha probado la iguana? 

domingo, 2 de diciembre de 2012

Ofelia y el relicario de besos

Vallenato Toya Viudes/Colombia de una

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No hay día en que no piense en ellaFue su gran amor de juventud pero un día Ofelia se marchó. Lleva treinta años esperándola y lo seguirá haciendo porque está seguro que algún día volverá. Uno cuando se enamora, me dice, tiene una canción y la mía es Relicario de besos, del maestro Rafael Orozco. Así es La Guajira y aquí el amor se vive a ritmo de vallenato

Valledupar, localidad del departamento colombiano del Cesar, es famosa en medio mundo por su Festival de Leyenda Vallenata pero ¿tenías idea que en la vecina Guajira se celebran no uno sino 47 festivales dedicados a este género musical y que aquí han nacido muchos de los grandes maestros del vallenato como Diomedes Díaz, Rafael Orozco, Israel Romero, Chema Gómez, Leandro Díaz Bolañito, Franco Argüelles, Emiliano Zuleta y cientos más? Está claro que en esta tierra cualquiera te hace un verso y te toca el acordeón y no de cualquier manera no sino con mucho arte. 

Vallenato Toya Viudes/Colombia de una
Hace un par de días regresé a Bogotá después de un viaje por la Baja Guajira invitada por el Fondo Nacional de Turismo, Fontur, junto a otros blogueros y periodistas en el que he terminado cayendo literalmente rendida a los pies del vallenato porque, vamos a ver una cosa, que me digan a mí quién es capaz de resistirse al evocador sonido del acordeón, ese que vino de Europa y entró a Colombia por el puerto de Riohacha a manos de contrabandistas alemanes; al de la guacharaca, tan peculiar y cuyo nombre se lo da un ave de monte cuyo canto es similar al sonido de este instrumento inventado por los indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta y al de la caja, de origen africano. Yo definitivamente, no, y menos aún si me cantan cosas como eso que dice "ya no doblan las campanas que antes doblaban por ella, ahora es otra mi mañana, porque ahora por mi ventana entra la luz de otra estrella".

Pero es que además de sonar como los ángeles y cantarle al amor y al territorio a ritmo de paseo, merengue, puya y son, el vallenato se baila muy sabroso, "apechichao", como dicen aquí, muy juntos para poderse decir todo al oído. Aviso a románticos y románticas.

Dicen que La gota fría es el vallenato más oído de todos los tiempos; lo compuso Emiliano Zuleta en 1942 y la historia no tiene desperdicio. Rivalidades aparte esta tarde lo he vuelto a escuchar y después de este instructivo y atractivo viaje organizado por Fontur -que os recomiendo y mucho- ya soy capaz de ubicar en el mapa la Urumita que canta la canción, preciosa localidad guajira de la que os hablaré esta semana, y también Fonseca, Villanueva, Dibulla, Barrancas, San Juan, y La Junta, tierras de acordeonistas y poetas.

Os dejo con Relicario de besos, otro de los grandes vallenatos, y lo cuelgo en honor al secreto enamorado de Ofelia del que así me muera nunca desvelaré el nombre. Podéis seguirme en twitter @colombiadeuna y ver más fotos de éste y de otros viajes en mi Fan Page de Facebook.




viernes, 30 de noviembre de 2012

El guardián de la Cueva de la Perrita

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Nació en una casa de barro y caña todavía en pie que nos muestra con orgullo y en la que también vinieron al mundo sus otros once hermanos con la ayuda de una partera. De eso hace ya casi cincuenta años y aquí sigue feliz de la vida, en este lugar perdido del mundo y fuera de toda ruta en el que ha criado a sus seis hijos que ahora ya están fuera, donde ahora vive junto a un primo y sus animales y al que llegamos después de una travesía de más hora y media monte arriba no apta para cualquier vehículo y que haría las delicias del París-Dakar o como se llame ahora. ¿Le gusta vivir aquí D. Jorge tan apartado de todo? Sí, no creo que haya otro lugar tan sabroso como éste, tan tranquilo y tan fresquito, me dice. Y esta última cualidad os aseguro que aquí en La Guajira se agradece. D. Jorge no siempre ha estado tan solo; en Los Chorros, como se llama este lugar perteneciente al municipio de Fonseca, llegaron a convivir varias familias y hasta hubo escuela. Pero el miedo, el conflicto armado y esas cosas obligaron a la gente a irse convirtiéndolo en un pueblo fantasma.

Hay que ver cómo es eso de los tópicos y los estereotipos; de ver tanta foto y leer tanto artículo me había creído que La Guajira es desierto puro y duro y poco más que el archiconocido Cabo de la Vela; y mira tú por donde, gracias a la invitación del Fondo de Promoción Turística dentro de su campaña de promoción de destinos naturales, estoy descubriendo que la Baja Guajira, donde estamos nosotros, es un territorio verde, repleto de árboles, caídas de agua, ríos, riachuelos, flores y donde suena el mejor de los vallenatos del país. Pero eso os lo contaré mañana.

Volvamos a Don Jorge; Jorki para los amigos, se dedica a la cría del ganado, al cultivo de la papa, frijol rosado, piña, yuca y de muchas otras cosas más porque esta tierra además de ser muy bella y muy verde es muy fértil. Pero es que también es el guardián de la Cueva de la Perrita que descubrió su abuelo D. Reinaldo Solano Bolívar hace más de ochenta años. ¿Y eso de la perrita de dónde viene? Mi abuelo, me cuenta, salió de caza un buen día y la perra que lo acompañaba dio por casualidad con este lugar. Y qué lugar; el viaje hasta aquí ha sido largo y muy ajetreado pero de verdad os aseguro que merece y mucho la pena entrar en esta impresionante y todavía muy desconocida cueva a la que D. Jorge lleva viniendo desde muy pequeño y en la que fue bautizado por un sacerdote que además se empeñó en llamarla la de Las Tres Marías. Pero mucho antes de todo esto los indígenas la utilizaron de escondite para vivos y tumba para muertos.

Estamos completamente a oscuras, rodeados de estalactitas y estalagmitas que el agua ha ido formando con el paso del tiempo y D. Jorge nos habla de visiones, espantos, difuntos y fallecimientos. Madre mía qué miedo ¿Y usted a qué teme?, le pregunto. Sólo a los vivos, me contesta. Nadie sabe todavía cómo es de grande la cueva; D. Jorge me asegura que ha llegado a andar más de una hora y media hacia dentro y todavía no ha encontrado el final. Atentos amantes de la espeleología y los desafíos: éste es vuestro lugar.

Cambiando de tema, ¿habéis visto alguna vez una guacharaca? Yo en mi vida y es aquí en Los Chorros donde conozco a Guachi (en la foto), fiel amiga y mascota de D.Jorge al que acompaña desde que fuera salvada por éste y criada por una gallina. El animalito en cuestión defiende su territorio como el que nadie a golpe de grito y persecutoria carrera; menudo personaje. Definitivamente la Baja Guajira no deja de sorprenderme; ¿qué me tendrá preparado para hoy?



jueves, 29 de noviembre de 2012

Woumain, nuestra tierra

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"Cuando vengas a nuestra tierra, descansarás bajo la sombra de nuestro respeto. Cuando vengas a nuestra tierra, escucharás nuestra voz, también, en los sonidos del anciano monte. Si llegas a nuestra tierra con tu vida desnuda seremos un poco más felices... y buscaremos agua para esta sed de vida, interminable". Leo esta hermosa poesía de Vitorio Apushana nada más poner pie en Riohacha, capital del Departamento de La Guajira hasta donde he viajado invitada por el Fondo de Promoción Turística junto a otros blogueros y periodistas, y donde estoy dispuesta a aceptar el poético reto de vaciarme y dejar atrás mi día a día de la ciudad. Ya estoy en Woumain, la tierra de los wayuú, la etnia indígena más numerosa de Colombia. Aquí soy una alijuna -una extranjera- a la que saludan con un jamaya, cómo está usted en lengua wayuunaiki. Y aquí está claro que se vive de otra manera bien diferente al resto de Colombia y yo he venido a descubrirlo. ¿Me acompañas?

En La Guajira puedes moverte en furgonetas pirata, copetranas -más grandes, tipo autobús- o en una burbuja, confortables todoterrenos con aire acondicionado a prueba de bomba en el que enfilamos carretera y manta. Estamos en la media Guajira, que por cierto no tiene nada de desértica, en la que me sorprende la abundante vegetación, las plantaciones de banano y donde me emociono contemplando a lo lejos la Sierra Nevada de Santa Marta, la mayor elevación cercana al mar del mundo. En la playa de Dibulla, un encantandor rincón a orillas del Caribe todavía sin explotar y desembocadura del río del mismo nombre, calmamos nuestra hambre a base de pescado frito, arroz con coco y patacones. Este plato siempre es muy rico pero a orillas del mar y con los pies descalzos pisando la arena me sabe a gloria. Hay muchos niños jugando en la playa y yo juego con ellos haciendo una y otra foto a sus sonrisas, a sus negros ojos.

Una parada en Punta de los Remedios, famosa por sus carnavales y su excelente mirador, y directos al Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos donde en los meses de abril, mayo y junio pueden llegar a concentrarse hasta 7.000 de estas aves migratorias que conviven con las 160 especies que viven aquí todo el año. Aunque noviembre no es la mejor época para divisarlos localizamos a un pequeño grupo y realmente son majestuosos con su estilizado cuello y ese llamativo plumaje entre anaranjado y rosado. Pero dios mío qué bellos son y qué bello es este paraje. Por cierto, ¿sabes de qué se alimentan estas aves? Su plato preferido es un diminuto crustáceo llamados artemia salina y para buscarlo remueven la arena hasta formar círculos como los de la foto de abajo. Cae la tarde y nos tenemos que ir pero yo lo que deseo con toda mi alma es quedarme y darme en este mágico y solitario lugar un baño de esta luna llena que hoy nos acompaña.

Estando donde estamos sería un pecado irnos a la cama sin oír un vallenato y es el pequeño Luis Mario, quien a pesar de su edad ya canta como los mismísimos ángeles, el que se atreve a ponerle voz a ese del maestro Orozco que dice "porque si aquel relicario de besos/ que yo te ofreciera hechas la olvido/ crucificado y temblando de rabia/ con llanto en los ojos desbarató el nido". Amén.

Mañana y pasado estaré sin conexión a internet; el sábado, desde Bogotá os contaré más cosas. Podéis seguirme en twitter @colombiadeuna y ver más fotos de éste y otros viajes en mi Fan Page de Facebook donde podréis regalarme un "Me gusta". Muchas gracias. 



martes, 27 de noviembre de 2012

Rumbo a La Guajira

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¡Qué emoción! Dentro de unas horas vuelo rumbo a La Guajira, uno de los 32 departamentos de Colombia, al norte del país y frontera con Venezuela, invitada por el Fondo de Promoción Turística dentro de su plan de promoción de destinos naturales del país. 

¿Y qué me espera en este viaje? Pues un montón de visitas: Riohacha, capital y puerto en la desembocadura del río Ranchería; la playa de Dibulla; el Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, extensa planicie costero donde viven cientos de estas aves; las poblaciones de Barrancas, Fonseca, Villanueva y Valledupar; los balnearios de El Pozo y El Silencio y yo no sé cuántas cosas más. Un intenso e interesante plan de viaje hasta el sábado que incluye además una visita al resguardo Mayabangloma en el que viven cerca de 2.000 indígenas wayuú (en la foto), también conocidos como guajiros que se dedican principalmente al pastoreo, están organizados en clanes y se rigen por sus propias leyes. Ojalá tenga conexión a internet y os pueda ir contando desde allí el viaje y compartiendo mis fotos (éstas no son mías, las encontré en internet). Si no puede ser, prometo a mi vuelta crónica detallada.

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lunes, 26 de noviembre de 2012

Una jornada de paz en La Minga

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Nunca olvidaré la cara de felicidad de Sandra Milena cuando entre todo el revoltijo de la mesa encontró este secador de pelo, lo metió en su bolsita y se lo llevó después de contarme que era el primero que iba a tener en su vida. Ni la sonrisa de Doña María Priscila al dar con esos zapatos que tanto necesitaba, ni la de Doña María saliendo con su nueva cafetera debajo del brazo, ni la de dos pequeños al encontrar una caja llena de películas de dibujos animados. Manuel y Deisy regresaron a casa con un cuadro para su salón y un libro de fotos de Italia que cambiaron por brevas, papayuelas y queso que Rodrigo y Tatiana se llevaron de vuelta a Bogotá. Yo esta mañana he desayunado unas deliciosas tostadas al estilo español con aceite y los tomates que me traje a cambio de un abrigo que ya no me ponía y que tenía abandonado en el armario de casa. Y así cientos y cientos de historias más que os podría contar de la V Jornada de Trueque Urbano-Rural que se celebró este fin de semana en La Minga Casa Gestante de Choachí, organizada por Yo creo en Colombia, y en la que tuve la inmensa suerte de participar como voluntaria. Una inolvidable jornada de paz, como la definió mi amigo y presidente de esta organización Pedro Medina, en la que se intercambiaron sueños, deseos e ilusiones y en la que participamos cerca de 1.500 personas.


Para que os hagais una idea de lo que fue este multitudinario y gratificador evento os doy algunos datos: se intercambiaron más de 20 bicicletas, 8 televisores, 20 pares de patines, grabadoras, ropa, 1 ordenador, 10 impresoras, lámparas, 80 bolsas de juguetes, 30 gallinas, 12 conejos, 1 perro, 9 gatos, flores, plantas, cerca de 60 toneladas de frutas, legumbres y verduras y muchas cosas más.

Desde las siete de la mañana y hasta que cayó la tarde La Minga fue un ir y venir de gente del campo y de la ciudad que quiso participar en este día de convivencia e intercambio en el que cada uno de nosotros puso su granito de arena y la mejor de las sonrisas  para demostrar una vez más que en Colombia podemos vivir en paz y armonía, fuera de diferencias sociales y prejuicios. Todos ayudamos: los voluntarios; el equipo de cocina dirigido por Gelen; Emilse, Sandra y Felipe que nos amenizaron el día con su música tradicional andina; el equipo médico que atendió todo tipo de consultas; los clowns que nos hicieron reír y todos los que los dieron esas horas de amor por La Minga moviendo piedras de hasta una tonelada para poder construir el parqueadero de la entrada. Porque os recuerdo que minga es una antiquísima tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social. 

Yo hice mucho amigos y aprendí un montón de cosas: a hacer empanadas, lo sabrosa y regeneradora qué es una guatila, a pelar un mango como dios manda, cómo suena un charango. Y volví a casa feliz, más consciente, con más razones para amar Colombia y convencida de que todo lo que uno da con creces se le devuelve. Muchas gracias a todos. 

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viernes, 23 de noviembre de 2012

Somos Pacífico

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Lo mío definitivamente es el Pacífico. Si el otro día me emocioné mucho, mucho, viendo bailar a mis pequeños amigos de Nuquí ayer casi me explota el corazón de alegría en el concierto de otros artistas también del Chocó, Chocquibtown. Tengo que confesar que a esta euforia desbordante ayudó la compañía de mis amigos Rafa y Amelia que habían venido desde Murcia, nuestra ciudad y que también disfrutaron de lo lindo. Goyo, Slow y Tostao (en la foto) salieron al escenario y se paró el mundo. Si es que no se puede cantar mejor, ni tener más swing, ni más flow, ni más simpatía. Son tres ARTISTAS con mayúsculas y no hay nada más que hablar. Por algo tienen ya en el salón de su casa un Grammy Latino. 

Esta mañana me he levantado con agujetas por todo el cuerpo de tanto bailar y bailar al ritmo de estos colombianos-chocoanos que ayer se volvieron a dejar la piel en el escenario y que nos removieron de la cabeza a los pies con temas como De donde vengo yo, Somos Pacífico o Hasta el techo. ¡Que viva Colombia, su música, Chocquibtown y el Pacífico! 

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miércoles, 21 de noviembre de 2012

Mi bello Palomino

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Rincones para perderse en Colombia hay muchos pero hoy os quiero hablar de Palomino, un pedacito de cielo a orillas del Caribe, entre La Guajira y el Departamento del Magdalena, donde me refugié hace unos días huyendo del caos de la ciudad. Yo he crecido al lado del mar, en mi Mar Menor y mi Mediterráneo queridos, así que hacerme feliz es tan fácil como llevarme de viaje a cualquier playa del mundo en la que mi dicha será total si me alojo en una cabaña -no soy mucho de grandes hoteles- desde donde ver llegar por la mañana bien temprano a los pescadores con su rancho del día y puedo además pasear de noche por la orilla sin más luz que la de las hogueras encendidas. Pues así es Palomino.

La foto que veis aquí arriba no está trucada ni ésta de aquí al lado, tampoco; ni sé ni me gusta utilizar Photoshop; así son los atardeceres en este rincón del caribe colombiano al que sugiero abstenerse de ir si te gusta el bullicio, la actividad frenética y la diversión nocturna. ¿Qué cómo pasé yo mis días en Palomino? Feliz, tranquila y en paz, nadando, leyendo, meditando, escribiendo, haciendo fotos, contemplando las aves y las flores y oyendo el silencio y de verdad no es una frase hecha, ¡es que en sitios así el silencio se oye aunque suene muy cursi!

Pero no os penséis que fue todo descansar y descansar: también tuvimos tiempo para hacer "tubing" por el río, una increíble experiencia que recomiendo a pies juntillas. Lo del surf decidimos dejarlo para otro día aunque éste es un excelente lugar para esta práctica deportiva en lugares como Finca Escondida.

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lunes, 19 de noviembre de 2012

Mis amigos del Chocó

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Me cuentan que viven en un paraíso, en la "tierra más mejor de mundo" donde hay mar, interminables playasselva, manglares, tortugas, aves y hasta ballenas. La semana pasada dejaron su querido y mi querido Chocó para subirse por primera vez en su vida a un avión y plantarse en Bogotá a mostrarnos lo que mejor saben hacer: bailar. ¡Y madre mía cómo bailaron! Ni el cansancio del viaje, ni el mal de altura, ni el mareo por montar por primera vez en carro, ni el ritmo frenético de la ciudad, ni nada de nada pudo con estos pequeños grandes artistas de Nuquí que se dejaron la piel en el Hub de Bogotá donde participaron, acompañados de un excelente grupo musical, en el evento del lanzamiento de la Marca Utría, organizado por la Corporación Mano Cambiada y su directora Josefina Klinger, una mujer de armas tomar de la que os hablaré otro día.

Ver bailar una cumbia, una polca o un abozao en el Chocó os aseguro que es una experiencia única pero si los que bailan son mis amigos de la foto la experiencia puede llegar a convertirse en algo místico: qué ritmazo, qué simpatía, que profesionalidad, vaya manera de mover los pies, y esos movimientos de cadera y los trajes y vestidos... Os puedo asegurar que yo no fui la única que quedó embobada; todavía resuenan en mi cabeza los aplausos que recibieron en el Hub con cada uno de sus bailes. Enhorabuena campeones; así se baila. 

En Bogotá bailaron mucho, y muy bien, pero también tuvieron tiempo para descubrir la ciudad. ¿Qué es lo que más os ha gustado? les pregunté: el Palacio Presidencial, los edificios tan altos, la Plaza Simón Bolívar, los uniformes para el colegio de los niños, ir al cine. ¡Ah! Y las hamburguesas y las papas fritas que Dani Meroño, El cocinero viajeronos preparó en su restaurante Chamberí, y la clase de yoga que Juli nos dio en Natural Yoga donde aprendimos a hacer la postura de la rana y la tortuga. Y es que han sido muchas las personas que han colaborado para hacer posible el viaje de estos niños que ya están de vuelta en casa, a los que llevo en mi corazón y a los que pronto iré a visitar a ese pedacito de cielo en el que viven.

sábado, 17 de noviembre de 2012

De trueque a La Minga

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Hace 16 meses llegué de España a Bogotá; Avianca sólo permite viajar con dos maletas sin tener que pagar sobrepeso así que éste fue todo mi equipaje. En ese momento no sabía por cuánto tiempo me venía y fue bien difícil decidir qué traer: ¿Qué tal este par de pantalones para la montaña? ¿Y estos zapatos para la lluvia? No puedo irme sin este abrigo; ni hablar, esta camisa de flores no me la dejo aquí ni loca; para la playa este vestido es bien chévere y estos pantalones cortos... Y algún libro y mi computador.... Todo no me cabía por mucho que me subí encima de las maletas, viejo truco, para intentar cerrarlas así que ¿sabéis lo que hice? Regalar todo lo que no necesitaba, que era mucho, y venirme con lo justo. Y es con esto con lo que vivo porque soy de las que piensa que no es más feliz quien más tiene sino quien menos necesita.


Estoy segura que tienes tu casa llena de trastos, de cientos de cosas que ya no utilizas, libros que ya has leído y releído, juguetes que fueron de tus hijos. Hasta puede que haya una bicicleta que ni utilizas y un computador arrinconado en un armario porque acabas de comprar uno nuevo. En tus armarios ya no cabe nada más porque los tienes repletos de ropa que hace meses no te pones. ¿Y tu cocina? La imagino llena de utensilios. ¿Y ese par de zapatos? ¿Y esa sombrilla? ¿Te gustaría cambiar todo esto por productos del campo, cultivados con mimo y dedicación que no es fácil encontrar en la ciudad y que, a buen seguro, alegrarán tu mesa? Te propongo un plan: acompáñanos el próximo 25 de noviembre a La Minga Casa Gestante, en Choachí, muy cerquita de Bogotá, y participa con nosotros en el V Trueque Urbano-Rural.

Yo ya estoy empaquetando con mucho amor lo que me voy a llevar el próximo domingo a La Minga porque no sirve cargar con cualquier cosa sino con lo que pienses que puede hacer feliz a la gente que en el campo vive y que ese día también compartirá con nosotros todo lo que cultivan. ¡Allí os espero!

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