lunes, 20 de junio de 2011

Policarpa Salavarrieta, espía y costurera


Siempre me han fascinado las historias de espías y si son protagonizadas por mujeres, mejor que mejor.

Os presento a Policarpa Salavarrieta, "La Pola", heroína de la independencia de Colombia y todo un símbolo de valentía y coraje. Nació en 1795 y desde muy joven se involucró en la lucha patriótica. En Bogotá, trabajó de costurera para las damas de la alta sociedad española y en las casas de alto copete, entre puntada y puntada, consiguió recabar información sobre el movimiento y planes de ataque de las tropas enemigas. Fue, además, correo y enlace de las legiones guerreras, llevando mensajes de acá para allá.

Finalmente los españoles consiguieron detenerla, juzgarla en consejo de guerra y condenarla a muerte por enfrentarse a la Corona. El 14 de noviembre de 1817, con 22 años, la fusilaron, junto con su amado Alejo y otros patriotas. En 1967, el entonces presidente de Colombia, Carlos Lleras Restrepo, declaró esta fecha "Día de la mujer colombiana".

Antes de morir, "La Pola" dedicó unas palabras a los españoles que han pasado a la historia: "¡Pueblo indolente! ¡Cuán distinta sería hoy vuestra suerte si conocierais el precio de la libertad! Ved que, mujer y joven, me sobra valor para sufrir la muerte y mil muertes más! ¡No olvideis este ejemplo!". Una mujer de armas tomar. Por cierto, Colombia consiguió su independencia el 20 de julio de 1810.

En Bogotá hay un barrio que lleva el nombre de Policarpa Salavarrieta y que vivió su propia revolución. Fue un Viernes Santo de 1966 cuando más de 5.000 personas -en su mayoría desplazados a los que les habían arrebatado sus viviendas y que habían ocupado la zona años antes al no poder conseguir otro sitio para vivir por ser pobres y tener muchos hijos -se enfrentaron a la Policía al grito de "La tierra no es del dueño sino de quien la necesita", "Viva el barrio Policarpa y todos sus invasores. Abajo el terrateniente, vivan los trabajadores". Hubo centenares de heridos y un muerto, las casas quedaron destruidas, pero la gente permaneció unida y se consolidó la ocupación.

Hoy, 45 años después, Policarpa Salavarrieta es un agitado barrio del sur de la ciudad, con una próspera industria textil y todo un icono en la historia de la lucha por la tierra.

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