Para ingresar en esta orquesta, sólo es necesario un requisito: querer aprender música. Su programa educativo funciona de la siguiente manera: en una primera etapa a los menores de 4 a 6 años se les enseña estimulación artítica y sensibilización musical. Y está comprobado que mejoran, y mucho, el razonamiento espacial, la habilidad matemática, la comprensión de lectura y la capacidad de concentración. A partir de los 7 años ya comienzan a tocar un instrumento, tienen clases de técnica vocal y lectura y escritura musical y empiezan a hacer sus primeros pinitos en una pequeña orquesta de 30 estudiantes. Qué maravilla.
Dice el director de la orquesta, Juan Antonio Cuéllar -quien fue decano de Artes de la Universidad Javeriana de Bogotá-, que cuando terminan sus estudios "se llevan la sensibilidad y la belleza como equipaje, tienen otros ideales y otra manera de sentir". A mí sólo me queda decir eso de "Que suene la música".
Hola Toya. Aunque tu no te acuerdes, si nos conocemos personalmente, además de a través de todos esos buenos amigos. Con retraso (estaba de vacaciones) pero por fin me paso por tu blog. Ya me contarás que hace una murciana en Bogotá, jajaja. Bonito país Colombia, lo conozco bien y he visto su evolución en las últimas décadas. Me alegro de que, a sobresaltos, pero por fin Colombia mire hacia el futuro con tranquilidad. Creo que es un buen tema para un blog la mirada de un país con los ojos de un forastero. Siempre enriquece. Un beso, te seguiré.
ResponderEliminarMuchas gracias Paco por tu mensaje y otro beso para ti
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