Cerca de 1 millón y medio de vehículos circula a diaro por Bogotá. Para descongestionar el tráfico y disminuir la contaminación, en 1998 el entonces alcalde de la ciudad, Enrique Peñalosa, se inventó lo que se conoce desde entonces como "Pico y Placa". ¿Y esto qué es? Pues consiste en establecer restricciones en horarios determinados a la circulación de vehículos particulares de acuerdo con su número de placa, es decir, de matrícula. La medida se ha puesto ya en marcha en otras ciudades de Colombia y también de Ecuador y Venezuela.
Al principio el "Pico y Placa" sólo funcionaba entre las 7 y las 9 de la mañana y las 17,30 y las 19,30 de la tarde. Poco después, se amplió el horario y el número de dígitos. Un buen día, las autoridades se dieron cuenta de que algunos ciudadanos al comprar su coche seleccionaban el número de matrícula para poder utilizarlo los viernes en la tarde o los lunes, muchos de ellos festivos aquí. Qué listillos. ¿Y qué hizo el Gobierno? Establecer, desde 2002, la rotación anual.
Aquí no acabó la cosa. En febrero de 2009, en medio de fuertes críticas, el "Pico y Placa" se amplió a todo el día: de 6 a 20 horas. Así que, desde entonces, todo bogotano o bogotana con coche hay dos días a la semana que no lo puede mover de casa. Imaginaros la broma. Por ejemplo, y para que os hagáis una idea, ahora mismo los que tienen la matrícula que termina en 3 no pueden sacar el carro ni los viernes ni los miércoles y los que la tienen terminada en 9 pues lo tienen que dejar en el garaje los martes y los jueves. Quien saque su coche cuando no le toque, multa al canto: 15 salarios mínimos, unos 267.800 pesos, así de golpe, además de la inmovilización del vehículo.
Pero claro, como siempre, donde está la ley está la trampa, así que la gente que tiene aquí dinero -que no es poca os lo puedo asegurar- soluciona el problema comprándose varios coches. Como diría Eduardo Galeano, el mundo, al revés.
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