Mi amiga Paula me ha prometido que en noviembre nos vamos juntas a la isla de Providencia a celebrar su cumpleaños, así que hasta entonces -y mientras tacho como una loca los días que faltan en el calendario- me estoy dedicando a investigar qué me voy a encontrar en ese paradisiaco destino, por cierto, Reserva de la Biosfera.
Lo de las playas de arena blanca y aguas cristalinas como la de la foto lo tengo claro, pero lo que no sabía es que allí voy a escuchar mucha música créole que es la suena en todo el Caribe.
Hoy aprendí que un grupo créole como dios manda necesita maracas, mandolina, tináfono y la carraca. Lo de las maracas no necesita explicación, pero os cuento que la carraca es la quijada de un caballo convertida en el instrumento que les marca el ritmo a la mandolina -guitarra de cuatro cuerdas-, y al tináfono -o tub bass- hecho con un balde para lavar ropa, un palo y una cuerda y que suena como un bajo.
Mazurcas, polcas, calipsos, jumping polkas, pasillos... Estos grupos tocan de todo y cantan la mayoría de sus canciones en creóle que es el dialecto que nació al mezclar hace siglos el español con el inglés.
Mazurcas, polcas, calipsos, jumping polkas, pasillos... Estos grupos tocan de todo y cantan la mayoría de sus canciones en creóle que es el dialecto que nació al mezclar hace siglos el español con el inglés.
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