Más que una bebida cualquiera, el viche forma parte de la herencia cultural del Pacífico colombiano. Durante siglos, los habitantes del Valle, Chocó y Cauca lo usaron para curar enfermedades y aumentar la fertilidad y el vigor. De ahí que se le atribuyan efectos afrodisíacos.
Se prepara a base de caña de azúcar cortada antes de su maduración a la que se acompañada de varios ingredientes, como raíces fermentadas, que varían según el fabricante. En esto, como en muchas otras cosas, cada maestrillo tiene su librillo.
En Colombia hay otras bebidas fabricadas a base de caña de azúcar y a las que también se les atribuyen efectos afrodisiacos como el arrechón, elaborado a base de clavo y otras especias aromáticas; el tumbacatre -el nombre lo dice todo-, con esencia de borojó y chontaduro y el tomaseca del que dicen ayuda a limpiar la matriz y los órganos sexuales femeninos.
Al ser un trago artesanal y no contar con los permisos de elaboración necesarios, el viche es bien difícil de encontrar en los bares y restaurantes de Bogotá. Hay algunos proveedores que lo traen por encargo pero lo que está claro es que el bueno está en el Pacífico, no nos engañemos. Habrá que hacer un viajecito para probarlo...
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