Pura magia. Eso es lo que es "Martini Blues Cabaret", el espectáculo que estos días puede verse en Casa Ensamble, de Bogotá. Lo tiene todo: glamour, poesía, humor, música en directo, unas gotas de seducción, una pizca de irreverencia... Y los mejores artistas. Las mejores voces. La mejor dirección, la del español Tino Fernández -Premio Nacional de Danza de Colombia-. El mejor vestuario. Y las mejores coreografías. Me encantó, de verdad. ¿Se nota?
"Martini Blues Cabaret" es un maravilloso viaje a los años 40, a esos locales de París, Berlín y Nueva York donde uno iba a divertirse de lo lindo, como nos divertimos nosotras la otra noche. ¡Ah! Y con servicio de bar atendido por unos estupendos camareros de torso desnudo y marcados abdominales. Así estaba el personal femenino...
Increíble el número de Carolina Ramírez en el que hace de muñeca y que podéis ver en la foto. O cuando una sensual y empapada en agua Natalia Bedoya canta eso de "Ne me quitte pas" o le pone voz a temas de Ella Fitzgerald, Billie Holiday o Sinatra. Geniales también los bailes de tap de Wilman Romero 'Monkey', los números de malabarismo y circo y el divertidísimo strip-tease de Fernando Rojas con abanico de flores y látigo. Patricia Polanco está soberbia cantando el famoso cuplé de "La Pulga". La orquesta se encarga de hacer el resto.
Qué grandes artistas tiene Bogotá. Enhorabuena a todos y por favor, no dejéis de ir a verlos. La diversión está más que asegurada.
Por cierto, os hablaré otro día de Casa Ensamble porque bien merece una entrada. Os adelanto que fue construida hace más de cincuenta años inspirada en una villa de Le Corbusier en Italia y tiene paredes de agua, peceras, columnas de cristal, una chimenea de mármoles italianos, piscinas en las terrazas. Una verdadera locura arquitectónica que costó 1 millón de pesos, un dineral por aquel entonces y que a mí el otro día me encantó conocer.
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