¿Por dónde nos quedamos ayer? Ah sí, ya me acuerdo. Estamos Marta, Quique y yo a bordo de la barquita que llevamos en El Duende -el dinghy para los entendidos- de inspección por la bahía. Hace muuchoooooo calor. Una curiosidad: el barrio chino de Ho Chi Minh -antes Saigón- también se llama Cholon -sin acento claro-, palabra que en vietnamita significa algo así como gran mercado. Imagino el bullicio que tiene que haber por allí un día cualquiera, todo lo contrario que aquí donde vemos poquita gente. Compramos un buen rancho de pescado y una centolla (en la foto de abajo), para cocinar más tarde a bordo, a uno de los pescadores que encontramos y seguimos nuestra marcha.
Soñar es gratis así que por qué no imaginar que somos dueños de cualquiera de las casas que se levantan en la orilla de la bahía y que tienen hasta embarcadero propio. Y mientras dejamos volar nuestra imaginación llegamos a una preciosa playa donde aprovechamos para descansar a la sombra un rato. Nos ofrecen masajes, caracoles, pescado... Otra vez se nos hizo la boca agua. No sé qué me pasa en este sitio pero siempre tengo hambre. Estamos muertos de sed así que ponemos rumbo al chiringuito que veis en la foto donde Modesto nos sirve una de las cervezas más frías y más ricas de toda mi vida. Imaginad el cuadro: nos colocan tres sillas bajo la sombra de los techos de palmera que veis y con medio cuerpo en el agua nos tomamos las cervecitas acompañadas con un ceviche de camarones. ¿Qué maravilla no? Me pregunto qué he hecho yo para merecer esto.
La cerveza, el sol y el mar nos abren el apetito así que al El Duende donde Quique -cocinero donde los haya- nos prepara de aperitivo la centolla que veis en la foto con la que entablamos una lucha cuerpo a cuerpo al no tener las pinzas necesarias para partirla. Felizmente le ganamos la batalla y no dejamos ni una patita viva ni una mollita en el plato. Pobre animalito. Los medregales que veis en la foto -parecidos a las lechas mediterráneas- nos los zampamos un poquito más tarde en el caldero que cocina Quique. ¿Y esto del caldero qué es? Es un plato típico de mi tierra, Murcia, y aquí tenéis la receta del que me preparó mi padre -que por cierto hace los mejores calderos del mundo- hace unos meses por mi cumpleaños
Buena siesta, mejor baño y otra vez a disfrutar de un atardecer de película -qué cursi me ha quedado esto-, charla a bordo y feliz descanso. ¡Esto es vida! Mañana os sigo contando. Hay más fotos en mi fanpage de Facebook que se llama Colombia de una. Y si me regaláis un "Me gusta" mejor que mejor.
Que belleza de parajes estas recorriendo Toya, que envidia (de la buena), creo que tomare nota de tus recorridos para cuando me jubile hacerlos tal cual los llevas tu, gracias por mostrarnos esos hermosos rincones de nuestra bella Colombia.
ResponderEliminarGracias a ti y no te esperes a jubilarte para conocer estos increíbles sitios :-)
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