Llevaba meses queriéndolo conocer. Me encanta su obra desde que la descubrí en la edición dedicada a Colombia de La Mar de Músicas, sin duda alguna el mejor de los festivales no sólo de España sino de medio mundo. Por fin hace unos días tuvo lugar el feliz encuentro y lo mejor es que fue visitando juntos su última exposición en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo que os recomiendo no os perdáis si estáis por Bogotá. ¿Y quién es este artista que me tiene cautivada? Se llama Nadín Ospina y, como alguien dijo alguna vez, es todo un poeta de las artes plásticas.
Oniria se llama la muestra y es un fascinante viaje al mundo de los sueños, las nostalgias y los recuerdos de infancia. De pequeño, nuestro artista vivía con sus abuelos en el barrio de Sears de Bogotá -hoy Galerías- por donde entró la modernidad a la ciudad con las primeras hamburguesas, las primeras coca-colas, los primeros árboles de Navidad. Motivado por su genial abuela, Nadín vivió todo un mundo de historias y aventuras en el que los juguetes siempre estuvieron presentes. Unos juguetes ahora más grandes y de bronce policromado diseñados por él que muestra en esta exposición con la que retoma la idea de la instalación como intervención del espacio iniciada hace más de treinta años mientras busca llamar la atención sobre la memoria popular y colectiva. En la foto de arriba veis a la mujer misteriosa y marchante. Pero es que además por Oniria se pasean el hombre que camina, el indígena piel roja, el inspector, la monja -que no era tal sino una nana holandesa-, el califa, el monaguillo, el nazareno. Junto a esta popular y peculiar galería de personajes -quienes, a buen seguro, mis lectores colombianos conocéis- Nadín coloca una réplica de algunos de los objetos arquitectónicos que desde hace años colecciona con avidez -la Torre Eiffel, el acueducto de Segovia o una pirámide azteca-, simbolizando esas calles y esos lugares que recorre desde hace años en sus sueños. Un sugerente y onírico vídeo -el que veis abajo- completa la muestra. ¿Y cómo terminó esta visita? Con un delicioso cocido boyacense y una más que agradable tertulia en casa de Nadín, junto a su mujer Mireya y su hija Mariana. Mil gracias a los tres.
Y vosotros, ¿conocíais la obra de Nadín Ospina? Podéis ver más fotos de la exposición en mi página de facebook Colombia de una.
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