miércoles, 23 de mayo de 2012

Doña Maura

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A los 6 años ya freía pescado en el cenadero que tenía su madre Leonor y molía maíz junto a su tía Clara en la casa familiar de Guapí, a orillas del Pacífico colombiano. Siempre andaba descalza, medio desnuda, y era feliz saltando de charco en charco cuando llovía. A los 8 aprendió a hacer pan y ceviche de toyo -que no de Toya por dios- conocido también como tiburón gata. Con 11 años visitó por primera vez la cercana Isla Gorgona y quedó embobada. No me extraña. De su abuela Chencha, a la que llama cariñosamente "La Generala", aprendió la corrección y muchos secretos de la cocina y de la vida. Hoy su sazón es famoso en medio mundo. Se llama Maura Hermencia Orjuela de Caldas es portadora de la tradición del Pacífico y sólo por conocerla, oír sus historias y probar su cocina ha merecido la pena mi visita a Cali. 

Me invita a su casa del barrio de La Selva donde me cuenta que de pequeñita mientras estudiaba aprendió a cantar misa en latín. Y lo hacía tan bien y con tanto arte que la llevaron de gira por toda Colombia. Luego se hizo maestra y trabajó en varios pueblos del Pacífico donde se empapó del folclore. En el 76 abrió Los secretos del mar, el primer fogón de mano negra como le gusta llamarlo de Cali, donde sus ceviches, sancochos, sudados y arroces se hicieron más que famosos.

Para Maura y para todas las mujeres del Pacífico cocinar es una fiesta. Y cuando digo una fiesta es una fiesta de las de verdad en la que se canta y se baila mientras se pica la cebolla o se revuelve un guiso. Ella nunca cocina si está del mal humor, porque la comida le quedará salada, ni triste porque entonces, me asegura, le saldrá insípida. Entonces ¿cuál es el secreto?, le pregunto. Poner en los fogones grandes dosis de amor y alegría. Tomo nota. ¿Qué ingredientes no pueden faltar en tu cocina? Cebolla larga, ají dulce, achote e hierbas como el cimarrón, la albahaca negra o el orégano. ¿Y tú plato preferido? La arrechera, me dice, una cazuela a la que le echo todos los mariscos que quiero. Qué delicia.

Oír las historias de Maura es un regalo del cielo pero si encima te cocina. ¿Os cuento el menú que nos preparó para el almuerzo? Ahí va: chucula (plátano maduro con queso y coco); repingacho (pastel de yuca relleno de toyo ahumado); pusandao de carne serrana (en la foto de abajo) y langostinos al ajillo. ¿Rico? No, delicioso. ¿Quién será tu heredera Maura? Mi nieta Alejandra que vive en Barcelona, me cuenta; el otro día me llamó y me dijo: abuelita ya sé preparar dos platos: tortilla española y espaguetis. Y mientras nos lo cuenta se ríe y se ríe con esa maravillosa y cautivadora sonrisa. Gracias por existir Doña Maura. No quiero que se me olvide decir que Maura atiende encargos y prepara eventos gastronómicos dentro y fuera de su casa así que os dejo sus teléfonos por si queréis localizarla: (2) 3714439 / 3162977453.

Y a vosotros, ¿os gusta la comida del Pacífico? A mí me encanta.

2 comentarios:

  1. ¡Que lindo!

    Empezando por esa foto que irradia alegría, con esas sonrisas que parecen interminables, hasta el "gracias por existir Doña Maura".

    Que bonito poder conocer personas que dejan huella, porque estoy segura, por la forma de referirte a ella y contar su historia, que nunca la olvidarás, muy seguramente llevarás su recuerdo en tu corazón de aquí en adelante...

    Personas como Doña Maura, que acuñan toda la sabiduría que le han sacado a la vida, son la riqueza de los pueblos, ciudades y países, y como tal se les debe cuidar y mimar.

    ¡Gracias por darnos a conocer a estos lindos personajes que adornan la vida colombiana!

    Besos de este par de colombo-españoles :)

    P.D.: me muero de ganas por probar uno de esos deliciosos platos...

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    1. Fue increíble conocer a Doña Maura y tener la oportunidad de compartir tanto con ella. Y sí, como tú, pienso que personas como ellas son la verdadera riqueza de este país.
      Ojalá puedas probar alguna vez uno de sus platos que prepara con tanta alegría y tanto amor.

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