Con motivo de la celebración de los 450 años de la fundación de la ciudad de Bogotá, la argentina Fanny Mikey y el colombiano Ramiro Osorio pusieron en marcha la primera edición del Festival Iberoamericano de Teatro, bajo el lema "Un acto de fe en Colombia". Hoy, el certamen es una de las muestras de artes escénicas más grandes del mundo por su capacidad de convocatoria, el número de funciones y la diversidad de géneros.
El jueves pasado estuve con mi amigo Andrés en la presentación de la decimotercera edición del festival que se celebrará del 23 de marzo al 8 de abril del año que viene y en la que participarán 45 compañías internacionales de 29 países y 60 colombianas. Habrá 2.000 artistas en escena, 1.000 funciones y 70 eventos especiales en 22 salas de teatro, 15 parques, la Plaza de Toros, el Coliseo El Campín, el Palacio de los Deportes y Corferias. Ojalá yo siga por Colombia para poder disfrutarlo.
La verdad, llegamos un poco tarde a la fiesta pero me dio tiempo a empaparme del espíritu del certamen, ver la nueva imagen diseñada por Carlos Duque -conocido diseñador y fotógrafo colombiano-, con el nombre de "La fiesta de las mil caras", tomarme un jugo de naranja que era lo único que había para beber y divertirme un rato con los espectáculos preparados de tango aéreo, danza fachada, péndulos, elásticos y acrobacia a techo. Hay que ver lo que aprende una cuando sale de casa.
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