Ya estoy de vuelta en Bogotá después de una semana de vacaciones con mi hermana y mi sobrino que vinieron desde España. Hemos estado en San Andrés, para quienes no lo sepáis una isla del caribe colombiano frente a las costas de Nicaragua. Allí hemos hecho mil cosas pero si me tengo que quedar con una no lo dudo ni un segundo: el tour de las mantas raya como allí lo llaman.
Mario Fernández y su tripulación nos esperan en el muelle; nos acompañan otros extranjeros (abajo en la foto) que también han venido a la isla a pasar unos días. Mario llegó a San Andrés hace más de veinte años y después de tener varios negocios se dedicó a esto de los tours marinos. Fondeamos no muy lejos de la costa. Pocos lugares en el mundo tienen un mar como éste; no puede ser más azul ni más transparente y, de verdad, no estoy exagerando. Saltamos al agua y, equipados tan sólo con nuestras gafas de buceo y los tubos para respirar, nos comienzan a remolcar muy despacito, cogidos a una cuerda. Qué espectáculo: vemos peces cirujano, loros guacamayo y azul, ángeles reina y francés, peces globo, perro, sargento, damiselas, isabelitas, carajuelos, morenas, pargos, lenguados, erizos blancos, pepinos de mar, corales cerebro, esponjas, caracoles pala….. ¿Algo más? Seguro que sí, pero es que vemos tantas y tantas cosas en este paraíso submarino declarado Reserva Mundial de la Biosfera que es fácil que se me olvide algo. Otra vez a bordo, un poco de navegación y nuevo fondeo esta vez al lado de la barrera coralina, una de las más extensa del país y de todo el Atlántico. El mar aquí tiene otro azul, más oscuro e intenso, por algo lo llaman el de los siete colores. Buceamos entre corales de fuego y más y más peces. ¡Hasta vemos un tiburón nodriza plácidamente recostado en una cueva!
Esta atardeciendo y ponemos rumbo al Acuario, precioso cayo rodeado de arrecifes de coral. Volvemos a sumergirnos pero esta vez rodeados de mantas raya que vienen hasta nuestro barco en busca de comida en forma de pan y bonito. Están tan cerca que incluso podemos tocarlas; son muy suaves. Calculamos que las mayores pueden tener hasta 20 años; las más pequeñas, no más de tres. Mario nos asegura que no atacan, sólo se defienden por eso hay que tener cuidado de no acercarse por detrás donde tienen el aguijón afilado. Jugamos con ellas, nos pasan por arriba, por abajo. Es emocionante. Me quedaría aquí con ellas para siempre.
Si vais a San Andrés y queréis hacer este tour marino podéis localizar a Mario en su e mail mfernandez@yahoo.es o en el teléfono 3153037884.
Si vais a San Andrés y queréis hacer este tour marino podéis localizar a Mario en su e mail mfernandez@yahoo.es o en el teléfono 3153037884.
Que bonito sitio has escogido para tus vacaciones, que envidia (de la buena), hace por lo menos 15 años que fui (he ido dos veces) y lo que no me perdono, es no haber aprovechado para ir a las inigualables islas de Santa Catalina y Providencia, que son de una exuberante belleza, tendré que volver, este año me regreso a vivir a mi querida Bogotá y uno de los primeros destinos serán esas hermosas playas e inigualables aguas de 7 colores, para tus próximas vacaciones, si no has ido ya, deberías pasarte por las islas del rosario, también están bien, aun que el ambiente isleño-caribeño esta en San Andrés, felicitaciones por tus últimos artículos, ando muy liado y solo me queda tiempo de entrar y leerte pero no para escribirte, un saludo desde la hermosa Sevilla-España.
ResponderEliminarSí! San Andrés es el paraíso! Las islas del Rosario ya las conozco pero me gusta mucho más el mar y el sabor de San Andrés. Ojalá que mi próximo viaje sea Providencia
EliminarComo siempre, gracias por tu mensaje y un saludo desde Bogotá
Que experiencia, sin duda también califica en mis actividades favoritas de San Andrés. Me trajiste bonitos recuerdos de mi viaje.
ResponderEliminarNo nos contaste quienes están en la foto, tus sobrinos?
Hola Felipe! sí, en la foto está mi sobrino; es el que aparece en la proa del barco, el más joven. El resto son los otros extranjeros que venían en el tour
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