Recuerdo nuestra despedida hace ya más de un mes. Tuve que aguantar mis lágrimas hasta que estuve sola en el tren y entonces rompí a llorar sin consuelo. Me iba muy lejos sin saber hasta cuándo.
Los días aquí me han hecho fuerte. Os echo de menos, y mucho, y pienso en vosotros todos los días pero ya desde la tranquilidad y la felicidad de saber que estáis bien y vivir esta preciosa aventura.
Quiero agradeceros todo lo que me habéis dado, ayudado y enseñado. Vuestro apoyo incondicional a todos mis proyectos. Y deciros que es grandísima la suerte de ser vuestra hija y teneros a mi lado, aunque ahora nos separen más de 10 mil kilómetros con todo un océano por medio.
Os amo con todo mi corazón y para despedirme, copio este texto de Khalil Gibran que a mamá siempre le gustaba recitarnos cada vez que nos íbamos lejos y nos separábamos de vosotros.
"Tus hijos no son tus hijos, son hijos e hijas de la vida, deseosa de sí misma. No vienen de ti, sino a través de ti, y aunque estén contigo, no te pertenecen.
Puedes darles tu amor, pero no tus pensamientos, pues, ellos tienen sus propios pensamientos. Puedes abrigar sus cuerpos, pero no sus almas, porque ellas, viven en la casa del mañana, que no pueden visitar ni siquiera en sueños. Puedes esforzarte en ser como ellos, pero no procures hacerlos semejantes a ti, porque la vida no retrocede, ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual tus hijos como flechas vivas son lanzados. Deja que la inclinación, en tu mano de arquero, sea para la felicidad".
me has emocionado.....sigue asi....besos desde el Mar Menor!
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