Mi viaje a Caño Cristales (1)

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Ya he entregado mi artículo para Satena de Caño Cristales y dentro de unos días lo publicarán en la revista Volar que también se puede ver en internet. Cuando esté listo os lo enseñaré para que podáis ver las magníficas fotos de Andrés Mayr pero antes quiero compartirlo con vosotros; es un poco largo así que hoy os cuento un poco, mañana más y así. Ahí va.

(Esta sería la entrada) 

Encajonado y escondido en la colombiana Serranía de la Macarena, eslabón extraviado de la formación rocosa más antigua del Planeta y la más rica en flora y fauna, discurre Caño Cristales, sin duda el río más hermoso del mundo. Durante la época invernal, la macarenia clavigera, planta acuática parecida a un alga, tiñe sus aguas de sorprendentes colores que brillan con el sol. Si existe el Paraíso estoy convencida que tiene un río como éste. 

(Aquí empieza el texto) 

¿Cómo es su río soñado? El mío de aguas cristalinas, ni muy frías ni muy calientes, rodeado de exuberante vegetación, con cascadas, rápidos, cuevas, desfiladeros, tranquilas pozas para el baño, fondos de suaves piedras que no me dañen los pies y playitas para tumbarme a descansar y tomar el sol. Pienso también en misteriosas formaciones rocosas que dejen volar mi imaginación. ¿Puedo pedir más algo más? Me gustaría que estuviera repleto de plantas acuáticas con los colores del arco iris. Yo creía que algo así sólo podría existir en mi sueños hasta que conocí Caño Cristales. 

Para llegar al que llaman el río más hermoso del mundo hay que volar a La Macarena, localidad del Departamento del Meta antes llamada El Refugio, ubicada en el extremo sur de la serranía, a orillas del río Guayabero en mitad de los Llanos Orientales. Es ya tarde cuando aterrizamos así que damos un paseo, un exquisito dorado sudado con patacones y arroz para cenar y a dormir que mañana nos espera un largo día. 

Al día siguiente muy temprano cruzamos en la barca de Darío el Guayabero que nace en el páramo de Sumapaz, no muy lejos de Bogotá. En el paseo entre centenarios y gigantescos higuerones de troncos rosados que se levantan en ambas orillas vemos tortugas, una preciosa ave llamada pava hedionda con sus alocadas plumas en la cabeza, loros reales, azulejos. En el otro margen nos esperan unos cuantos kilómetros en camioneta y luego a pie hasta encontrar el río. Caminamos entre la sabana rocosa por un delicioso sendero que termina en casa de Don David y Doña María (en la foto de abajo), los guardianes de este lugar donde el arco iris se convirtió en río según leo en una placa que cuelga en su casa. Llegaron hace más de treinta años desde Boyacá natal y aquí viven felices recibiendo con la mejor de sus sonrisas a todo el que quiera saludarlos.

Enfilamos hacia el río. Y pensar que estoy en plena Serranía de la Macarena considerado el lugar más rico en fauna y flora del mundo con más de 1.500 especies de plantas y cerca de 800 de fauna y que dicen cuenta con 17 de los 62 ecosistemas de Colombia. Fragmento del Escudo de las Guayanas o Guyanés de Venezuela y Brasil, es además la formación rocosa más antigua del Planeta -incluso anterior a Los Andes-, con más de 1.200 millones de años, ubicada entre tres regiones ambientales: Orinoquia, Amazonía y el sistema montañoso andino. Las investigaciones del científico español Julián de Zulueta y del legendario botánico Richard Evans Schultes –quien calificó la serranía como reserva biológica única en el mundo- consiguieron que en 1948 fuera declarada Parque Nacional, por cierto, el más antiguo del país....

¡Mañana más! Por cierto, ¿quién de vosotros conoce Caño Cristales? Tenéis más fotos en mi fanpage de facebook.