Navegando por el Meta

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Me gustan los ríos, siempre me han gustado. Los he navegado, me he bañado en ellos, he pescado. De Colombia conocía el Magdalena y el Amazonas pero me faltaba el Meta para completar el triunvirato de los más poderosos. Me encontré con este afluente del Orinoco, que baña los Llanos Orientales con más de mil kilómetros de longitud, a la altura de Puerto López, localidad conocida como el ombligo de Colombia por su ubicación geográfica en el mismísimo centro del país.

Llegamos a mediodía y contratamos un paseo con uno de los lancheros al que conocen como La Muerte; os confieso que a punto estuve de no subirme a la barca porque con ese nombre nada bueno se me ocurría. Apodos a parte, la excursión resultó deliciosa y navegamos entre las playitas que se forman en esta época de verano (en la foto) cuando baja el caudal del río y a las que cada fin de semana más de mil personas vienen a pasar el día huyendo del calor.

Al regresar a Bogotá, investigando en internet, me he enterado que ya está en marcha un mega proyecto para recuperar la navegabilidad de todo el Meta y convertirlo en autopista fluvial por la que se movilizarán hacia 2015 seis millones de toneladas de mercancías por año frente a las 500.000 actuales. También esta previsto poner en marcha un barco turístico que zarpe de Cabuyaro hacia el interior de los Llanos y Venezuela. Apunto el dato en mi agenda porque tengo ganas de sentirme como Katharine Hepburn en La reina de Africa. ¿Preciosa película, verdad? 

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