La de la foto soy yo. ¿Y dónde estoy? En el Cementerio Central de Bogotá. ¿Y qué hago? Pedir un deseo. ¿A quién? A Leo Kopp. ¿Y por qué? La tradición asegura que si le susurras al oído lo que necesitas a la estatua de bronce que hay en su tumba -inspirada en El Pensador de Rodin- él te ayuda a conseguirlo. ¿Y qué le pedí? Eso es secreto. Si os lo cuento no se cumple.
Leo Kopp fue un empresario alemán y judío que vino a vivir a Colombia. En 1889, junto a su hermano, fundó la Sociedad Kopp y Castello que luego se convertiría en Bavaria, en la actualidad la fábrica de cerveza más grande del país y la décima del mundo.
Cuando llegó aquí todo el mundo bebía chicha hecha con maíz fermentado. Pero él consiguió que la gente se aficionara a la cerveza, vendiéndola como una bebida más sana que curaba enfermedades del estómago y el insomnio, daba energía a los trabajadores y mejoraba la calidad de leche materna. ¿Será verdad? ¿Y por qué los colombianos tienen tanta fe en D. Leo y van al cementerio, sobre todo los lunes, para llevarle flores, arroz, comida para los pajaritos, contarles sus problemas y pedirle ayuda? En vida, y con su mentalidad europea, el empresario ayudó a mucha gente y se ocupó de sus trabajadores como nadie lo había hecho hasta entonces: ayudó a construir el barrio La Perseverancia en Bogotá a dos cuadras de la fábrica de cerveza para que no tuvieran que gastar en transporte, les vendió las casas con buenos créditos, abrió pozos y construyó tuberías para garantizar el agua potable. Los trabajadores quedaron eternamente agradecidos, este agradecimiento se transmitió de generación en generación y, a su muerte, el mito y el rito fueron alimentándose por sí solos: la gente empezó a visitar su tumba y continuó pidiéndole favores. Yo, por si acaso, le susurré el mío al oído. ¿Y tú? ¿Ya lo has hecho?
Leo Kopp fue un empresario alemán y judío que vino a vivir a Colombia. En 1889, junto a su hermano, fundó la Sociedad Kopp y Castello que luego se convertiría en Bavaria, en la actualidad la fábrica de cerveza más grande del país y la décima del mundo.
Cuando llegó aquí todo el mundo bebía chicha hecha con maíz fermentado. Pero él consiguió que la gente se aficionara a la cerveza, vendiéndola como una bebida más sana que curaba enfermedades del estómago y el insomnio, daba energía a los trabajadores y mejoraba la calidad de leche materna. ¿Será verdad? ¿Y por qué los colombianos tienen tanta fe en D. Leo y van al cementerio, sobre todo los lunes, para llevarle flores, arroz, comida para los pajaritos, contarles sus problemas y pedirle ayuda? En vida, y con su mentalidad europea, el empresario ayudó a mucha gente y se ocupó de sus trabajadores como nadie lo había hecho hasta entonces: ayudó a construir el barrio La Perseverancia en Bogotá a dos cuadras de la fábrica de cerveza para que no tuvieran que gastar en transporte, les vendió las casas con buenos créditos, abrió pozos y construyó tuberías para garantizar el agua potable. Los trabajadores quedaron eternamente agradecidos, este agradecimiento se transmitió de generación en generación y, a su muerte, el mito y el rito fueron alimentándose por sí solos: la gente empezó a visitar su tumba y continuó pidiéndole favores. Yo, por si acaso, le susurré el mío al oído. ¿Y tú? ¿Ya lo has hecho?
¡¡¡No, no tenía ni idea de esa historia, de esa tradición!!!
ResponderEliminarMuy interesante, y no deja de ser curioso a la vez :)
Gracias Toya por enseñarme algo más de Bogotá. Estoy cada día más encantada con tu blog, por lo que nos descubres, por lo que nos cuentas y sobre todo por como lo cuentas.
Espero, sinceramente, que algún día nos podamos conocer y hablar "largo y tendido" sobre mi bella Colombia.
P.D.: ¿recibiste mi correo?
Un beso español con corazón colombiano.
Me alegro que te hayas enterado de la historia de Leo Kopp por el blog y claro que me encantaría conocernos y charlar tranquilamente. Sí pude ver ayer tu correo pero no me ha dado tiempo a leerlo. He estado cuatro días perdida del mundo en el Tayrona y ayer cuando llegué a casa tenía muchos correos por leer y contestar.
Eliminar¡Feliz día!
Ya conocia la historia, originalmente los hermanos Kopp llegaron a Santander, donde se hallaba la colonia alemana mas grande, aqui montaron la primer cerveceria.
EliminarLo que si quisiera corregir es que a finales del siglo XIX, exactamente la decada de 1880, ni siquiera existia el partido nacional-socialista despues llamado Nazi.
¡¡¡El Tayrona, que envidia me das!!! Ya decía yo, estaba extrañando las respuestas a los comentarios... jejejejeje por una excelente causa sin lugar a dudas :)
ResponderEliminarTayrona es otro de los tantos rincones maravillosos de mi Colombia del alma que no conozco, imagino que tendremos en breve una completa narración del viaje y sus detalles :) :) :)
Creo que cuando viajemos a Colombia solicitaré tu experiencia turística jejejejeje
Por cierto ¿qué haces despierta tan temprano?
Un beso español con corazón colombiano.
Sí, he estado en el Tayrona desaparecida del mundo, haciendo un retiro de yoga y meditación!!! Claro, hoy tengo previsto escribir sobre este viaje.
EliminarNo sé pero hoy me he despertado muy temprano; supongo que es porque allí en el Tayrona hemos madrugado mucho.
Un abrazo
Tayrona, Tayrona.... me suena, me suena!
EliminarOye esta estupendo tu Blog! Recuerda de buscar la pagina de La Brumana para la busqueda de vision.
Un gusto grande conocerte durante el retiro!
Felipe Puerto
Hola Felipe!!!!! Qué bien que te haya gustado el blog.... y qué bien lo hemos pasado en el Tayrona. A mí también me encantó conoceros. Muchos besos y miro ahora lo de La Brumana :-)
EliminarDale!! Un abrazote y te manda un saludo muy especial la "profe" Anita!!
EliminarMuchos besos Felipe para ti y para Anita!!! Ojalá nos veamos pronto
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarInteresante articulo;
ResponderEliminarSolo me queda una duda: Existía 1889 (cuando el señor Kopp vino a vivir a Colombia huyendo de los nazis) el Nazismo como tal?
Creo - y se algo de Historia- que no.
Alguien me podría sacar de la duda?!
Gracias, y de nuevo: buen articulo!
Andres
Tenéis toda la razón! Ya he corregido lo de los nazis. Ha sido un error. Mil perdones ...
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