jueves, 27 de septiembre de 2012

La balsa muisca

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Museo del Oro de Bogotá. Una sala a oscuras. En medio, una vitrina. En su interior, una balsa de oro, la que veis en la foto de abajo. Es la Balsa de la Ofrenda, la de Eldoradola Balsa Muisca y una de mis piezas favoritas. 

El tercero que veis empezando por la izquierda en esta foto en blanco y negro (Archivo del Museo del Oro del Banco de la República) junto a su familia se llama Cruz María Dimaté y es uno de los campesinos que encontró esta balsa en 1969 dentro de una vasija de cerámica en una pequeña cueva del municipio de Pasca, al sur de Bogotá. Fundida en una sola pieza en un molde de arcilla mediante la técnica de la cera perdida es de oro de alta ley (más de 80%) con plata y cobre. No se sabe con exactitud a qué época pertenece pero podría tratarse del periodo tardío de la cultura muisca, entre 1200 y 1500 después de Cristo. 

Menos mal que a Cruz María no se le pasó por la cabeza fundir la pieza o venderla en el extranjero para ganarse unos pesos sino que se la entregó al párroco de Pasca, el padre Jaime Hincapié Santamaría, que entendió que esta joya precolombina era patrimonio de todos y emprendió, incluso desde el púlpito, una verdadera cruzada en defensa de su exportación ilegal y de su fundición. En abril de ese mismo año la balsa fue adquirida por el Museo del Oro. Expuesta desde entonces en su sede de Bogotá, nunca ha salido del país. 

Tristemente no corrió la misma suerte otra pieza semejante, la balsa hallada en la laguna de Siecha en 1883, salida un buen día legalmente del país rumbo a Alemania -por entonces no había ninguna ley que lo prohibiera-, y que desapareció para siempre cuando el barco que la transportaba sufrió un gran incendio al llegar al puerto de Bremen.

Mucho han cambiado las cosas desde entonces;  en la actualidad la ley colombiana prohíbe la compra, venta y exportación de objetos arqueológicos. El patrimonio es de los colombianos y es responsabilidad de todos cuidarlo y conservarlo. Y ente sentido desde el Museo del Oro se lleva a cabo una campaña, a través de paneles explicativos y fotografías que acompañan a la colección permanente y que estarán expuestos hasta enero del año que viene, para recordar que el patrimonio ni se compra ni se vende. Así de claro.


martes, 25 de septiembre de 2012

La revolución de la cuchara


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No soy vegetariana pero como frutas y verduras todos los días -y si son colombianas o murcianas mejor que mejor-; me encanta el pescado, alguna mañana desayuno huevos pericos -que preparan aquí en Colombia revueltos con cebolla larga y tomate- y cuando estoy en España me vuelvo adicta al jamón, pero lo que no pruebo desde hace años y por convicción es la carne roja

Creo a pies juntillas en las propiedades y beneficios de productos como el tofu, la soya, el mijo, la quinua, los cereales, el sésamo, el jengibre, y por eso cada vez que puedo me planto en un restaurante vegetariano para que me cuiden y cuidarme con los deliciosos platos que preparan. Y fue en Mahapor cierto uno de mis favoritos de Bogotá y al que mi amigo Juan y yo vamos cada vez que podemos, donde oí por primera vez sobre La revolución de la cuchara, un movimiento muy activo a nivel mundial que lucha por sacar la carne del plato eso sí, como ellos dice, sin derramar una gota de sangre 

Y no se trata sólo de no comer carne como una práctica saludable sino también como una solución al hambre del mundo y una forma de protección a la Madre Tierra. La gente de La revolución de la cuchara hace hincapié en datos como que 10 metros sembrados de soja producen cinco kilos de proteína y alimentan a 70 personas al día, mientras que 100 metros con ganado producen medio kilogramo de carne que alimentan a tres o cuatro personas al día.

Esto de La revolución de la cuchara es una cosa muy seria y hasta tienen su Reino Original, el territorio de los vegetarianos del mundo al que no entran ni la carne, ni los huevos, ni el pescado, con ministros, embajadoresun pasaporte propio de color azul que yo tengo y que utilizo para obtener interesantes descuentos cada vez que visito un establecimiento vegetariano y una asociación, Carnívoros Anónimos, para ayudar al que quiere dejar de comer carne pero no sabe cómo.

¿Te animas a hacer la revolución? Yo voy poquito a poco...







lunes, 24 de septiembre de 2012

El Camaleón, en Bogotá

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Lo primero una confesión aún a riesgo de quedar en ridículo y que además mis amigos artistas, galeristas y demás sabios del arte pongan el grito en el cielo: no tenía ni idea quién era Gerhard Richter hasta que este fin de semana he visto una exposición suya en el Museo de Arte del Banco de la República de Bogotá. Y eso que se le considera uno de los artistas más importantes del siglo XX y comienzos del XXI y de los vivos, el que ha alcanzado mayores ventas a nivel mundial


Los críticos lo llaman el camaleón por que no tiene un estilo definido; él mismo ha reconocido no "perseguir ninguna intención, ni tener sistema ni estilo". Hay quien lo califica en términos monetarios como el Picasso del siglo XXI y no exageran. Ahí va un dato: Sothebys vendió su óleo Tres Velas pintado en 1982 por la friolera de 5,4 millones de dólares. Y yo sin enterarme.

La exposición que puede verse hasta principios de octubre aquí en Bogotá lleva el nombre de Sinopsis, reúne una selección de 27 obras elegidas por el propio Richter, se celebra paralelamente a otras muestras del artista en la Tate Modern de Londres, la Neue National Galerie de Berlín y el Centre Pompidou de París y repasa todos los periodos de su carrera desde 1977 al 2000: las foto-pinturas de los 60; las jaulas de colores, la abstracción y el blanco y negro de los 70; la reinterpretación que hace en los años 80 de retratos, episodios históricos y paisajes... De la muestra hay obras que me han gustado mucho -sobre todo su época abstracta- y otras menos pero bueno lo importante es que cuando otra vez me nombren a Gerhard Richter ya sabré de quién me están hablando. Si estáis por Bogotá ojalá os podáis acercar y me contéis qué tal. Espero vuestros comentarios.  ¡Feliz día!



sábado, 22 de septiembre de 2012

Las orquídeas de Erik

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Un día llegó a su casa una cuna de venus de un intenso color amarillo parecida a un tulipán que su tatarabuela Ticha regaló a su padre y ahí comenzó una afición que le ha llevado a convertirse en el miembro más joven de la Asociación Bogotana de Orquideología y en todo un apasionado de esta flor de la que en Colombia existen cerca de 4.000 variedades. Erik Jordan tiene 11 años, más de 100 orquídeas en su casa y otras muchas más en la finca familiar, y este fin de semana lo he conocido en la XI Exposición Nacional de Orquídeas que se celebra en la Hacienda San Rafael de Bogotá y donde ha conseguido tres de los premios otorgados.

Recorro con Erik la exposición, nos paramos juntos en la sección de Antioquía, con alguna de las flores más hermosas, y aprendo cosas tan básicas para un experto como él pero tan desconocidas para una inexperta de mi talla como que las orquídeas prefieren el sol de la mañana y el de la tarde y que muchas de ellas al no ser terrestres tienen que sembrarse en una mezcla a base de pino pátula. De las más cientos de orquídeas que se muestran en la exposición Erik no elige como su favorita ninguna de las más grandes, coloridas y deslumbrantes sino una pequeñita, escondida en una urna y llegada de algún lugar de África.

En nuestro paseo coincidimos con Doña Graciela Arias de Guaquetá, uno de los miembros más antiguos de la Asociación, y disfruto viendo a estas dos generaciones hablar de librosenfermedades y plagas mientras Doña Graciela me confiesa con sus ojos chispeantes que estas flores se te meten en el corazón, viven contigo y te acompañan toda la vida.

Si estás por Bogotá y te gustan las flores sería un pecado que te perdieras esta magnífica exposición donde además podrás ver la Ida Lionetii, una orquídea redescubierta en Colombia el pasado mes de julio por el orquideólogo norteamericano Jay Pfhal, después de estar perdida desde 1899 por una mala clasificación.

Podéis ver más fotos en este enlace.


viernes, 21 de septiembre de 2012

Cena en casa del chef

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Restaurantes en Bogotá hay cientos y para todos los gustos: en el norte, en el sur; en el centro; más ricos, menos ricos; más caros, menos caros; de cocina colombiana, española, china mandarina, mexicana, peruana, japonesa. Pero ¿qué tal ir directamente a cenar a la casa del chef y dejarte servir y cuidar por su adorable esposa? Esta es la propuesta del italiano Rino y la colombiana Cata, llegados a la ciudad tras más de veinte años fuera.

Hace unos días leí en Facebook el anuncio que veis abajo, me pareció divertido y convencí a mis amigos Juan y Martha para que me acompañaran. Y qué bien hicimos en ir: Cata y Rino, a los que conocimos esa misma noche, nos recibieron en su precioso apartamento del centro de la ciudad bellamente decorado para la ocasión. Y es que Cata, además de ingeniera eléctrica, es una gran artista: hace fotos, vídeo, diseña, decora y también es bloguera. Aquí podéis ver su trabajo. Rino, además de excelente chef, es historiador, paisajista y también bloguero así que me sentí como en casa. Menudo lujo de anfitriones ¿no?

Una vez hechas las presentaciones ya es hora de que os vaya contando el menú de esa noche: tahine de garbanzos con ajonjolí, pasta a los cuatro quesos con ahuyama, berenjenas a la parmesana según la receta napolitana de la tía Rosetta y de postre, como no, finto tiramisu porque como son vegetarianos lo preparan sin huevo. ¿Delicioso todo, verdad? Y lo mejor el precio: 25.000 mil pesos por persona, unos 12 euros o hasta un poco menos, con botella de vino incluida.

Estas cenas -a las que Cata y Rino llaman Social Dinings- son para cuatro comensales así que puedes decirle a tres amigos que te acompañen o bien venir por tu cuenta y así conocer gente nueva. ¿Te atreverías? Cuéntame. En el anuncio de abajo tienes todos los datos de contacto.

Y os dejo el vídeo que hizo Cata de tan inolvidable noche...


jueves, 20 de septiembre de 2012

Una de chicha por favor

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Si a un español le digo chicha lo más seguro es que le venga a la cabeza un trozo de carne, comestible y hasta en forma humana, pero si se trata de un colombiano la cosa cambia y de estado sólido pasaríamos inmediatamente a estado líquido bebible y delicioso. Sí, aquí en Colombia la chicha es una bebida tradicional que ayer probé en el Callejón del Embudo de La Candelaria, el sitio más popular y con mayor tradición de Bogotá para tomar esta ancestral bebida y donde hace miles y miles de años los indígenas muiscas, primeros pobladores de la ciudad, ya la preparaban para todo tipo de fiestas, celebraciones y ofrendas a sus dioses.

Perseguida y denostada porque muchos pensaban que "embrutecía y degeneraba la raza", la chicha no ha dejado de consumirse nunca a pesar de la competencia de la cerveza y de todo tipo de prohibiciones que han caído sobre ella y que incluyen hasta la del mismísimo Bolívar que en 1820 emitió un decreto que censuraba su consumo desde "hoy y para siempre" o la que perduró desde 1948 hasta 1991 tras el asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán. Hace años que los jóvenes decidieron recuperarla y los fines de semana el Callejón del que os hablaba arriba es un hervidero de gente donde no cabe un alfiler. 

Doña Cecilia regenta desde hace años en esta zona El portal del Chorro una chichería donde vende la que prepara con la receta de su abuela María y que mejoró con algún que otro secreto compartido hace unos años por un indígena wayuú de paso por la ciudad y que no hubo manera de que ayer me contara y mira que le pregunté y le pregunté. Lo que sí que saqué en claro es que su chicha lleva harina de maíz, clavo, anís estrellado, canela, hojas de naranjo, panela y mucho amor. Doña Mercedes es la dueña de otra famosa chichería, Bullitas del callejón, y ella a su chicha -cuya receta aprendió de su tía Elvira Rodríguez-, le pone piña para que fermente mejor. Esta claro que no hay una chicha igual a la otra porque, como dirían en mi país, cada maestrillo tiene su librillo

Esta "bebida de dioses" se vende en el totumo que veis en la foto -el fruto del árbol del mismo nombre- a un precio de unos 5.000 pesos, más o menos 2 €. Unos dicen que emborracha, otros que no.  Yo creo que todo depende de la fermentación. Y tú ¿qué piensas? 


martes, 18 de septiembre de 2012

Los meditantes de Carlos Duque

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¿Cómo te sentirías si te hicieran una foto con los ojos cerrados? Yo, la verdad, nada cómoda; lo que no tengo claro es qué se le pasó por la cabeza al famoso y querido jugador de fútbol colombiano El Pibe Valderrama que tengo aquí a mi izquierda cuando el fotógrafo y publicista también colombiano Carlos Duque disparó su cámara. 

Al principio lo de los ojos cerrados empezó como un accidente normal en una sesión fotográfica pero acabó convirtiéndose en un recurso necesario para trabajar una nueva faceta de cada personaje. Y así nació la serie Meditantes que se exhibe hasta el 21 de septiembre en el Museo de Artes Visuales de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá. ¿Y quiénes son estos "meditantes"? Figuras que a diario aparecen en las pantallas de televisión, en las páginas de los periódicos o los micrófonos de las radios y que representan el poder político, social, económico, artistico y cultural de Colombia -como Botero, el escritor Fernando Vallejo, el cantante Carlos Vives o el presidente Uribe- y a los que Carlos Duque ha fotografiado durante los últimos doce años en un "ritual colectivo de meditación, en una especie de diálogo nacional perturbador y silencioso por medio del cual comparten sus enigmas y secretos". 

Lo del ritual colectivo de meditación por el país me gusta, y mucho, y además coincido con mi amigo Jorge Bela, con el que fui a ver la exposición y del que por cierto os recomiendo su blog, es que con los ojos cerrados estos personajes se transforman en más cercanos, los puedes mirar mejor, de tú a tú. 

Si estáis por Bogotá o tenéis previsto venir os recomiendo esta exposición en la que además se pueden ver otros trabajos de Duque como Shopping Planet, del que ya os hablé en este blog y en el que dramatiza el falso sueño de la publicidad; sus fotos de Instagram, una comunidad que asegura "visita a modo de gimnasio para mantener afinados los músculos del ojo con ejercicios en parpadeo y miradas mínimas", y una pequeña muestra de Arquitecturas efímeras en forma de etéreas construcciones óseas. 


lunes, 17 de septiembre de 2012

Mairachis en Bogotá

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Hoy han publicado en el diario español El País mi artículo sobre los mariachis de Bogotá. Todas las fotos son de mi amigo Dani Meroño. ¿Tienes idea en qué parte de la ciudad encontrarlos, sabes cómo llegaron desde México hasta aquí y cuál es el motivo de que hoy en día tengan tanto éxito? Puedes leer el artículo en este enlace. ¡Espero vuestros comentarios!

viernes, 14 de septiembre de 2012

Toda una lección de vida


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Fue periodista como yo y recorrió medio mundo. Tenía todo  lo que nuestra sociedad dice que hay que tener para ser feliz pero ella se sentía vacía. Un buen día, bajo la firme convicción de que la felicidad no se compra con dinero, decidió dar un giro de 180 grados a su vida y seguir el camino del budismo. Hoy es la Venerable Lhundrup Damchö, vive en la India junto a otras monjas occidentales en la comunidad monástica Dharmadatta que ella fundó, y ha puesto en marcha el faceBuda, el primer canal budista de televisión por internet en el que cada domingo imparte sus enseñanzas. Hace un par de días en Bogotá nos dio toda una lección de vida. 

¿Qué es la felicidad y de dónde viene? ¿Por qué seguimos mirando donde no tenemos que mirar? ¿Por qué no sustentar nuestra vida en el amor y no en el deseo y el apego? ¿Qué felicidad buscas la tuya o la del otro? Lhundrup Damchö nos recordó que la felicidad no viene de fuera sino de dentro, de lo que sentimos; el secreto está en cambiar el enfoque y buscar en el lugar adecuado. El amor puro, el desinteresado, es el que nos da la verdadera felicidad, la que nunca se agota, por eso, cuantas más personas amamos más felicidad tenemos. ¿Así es verdad? Según Lhundrup Damchö y el budismo todos tenemos dentro la semilla de felicidad y la capacidad innata para amar pero claro hay que cultivarlas. Y lo que es muy importante: no se trata de recibir sino de dar

¿Qué piensas de todas estas enseñanzas? Ahora nos toca ponerlas en práctica y qué mejor que empezar hoy mismo, víspera de la celebración aquí en Colombia del Día del Amor y la Amistad.




jueves, 13 de septiembre de 2012

Parque Arví: ¡Aquí está la vida!

Soy feliz en plena naturaleza, respirando aire puro. Para mí el plan perfecto de fin de semana es calzarme mis botas de monte e irme lejos de la ciudad a pasar el día. Por eso me gustó tanto conocer el Parque Arví, gestionado por Comfama en el corregimiento de Santa Elena, en pleno bosque, muy cerquita de Medellín y hasta donde llegué en Metrocableesa especie de teleférico que funciona como transporte público continuado, junto a otros amigos blogueros invitada por la Medellin Convention & Visitors Bureau.

¿Y qué se puede hacer en este parque repleto de cipreses, pinos, sietecueros, orquídeas, arrayanes, robles y donde habitan cerca de 70 aves de montaña, 19 especies de mamíferos, anfibios, reptiles y mariposas? Planes hay muchos. Si quieres poner a prueba tu destreza y agilidad, como la chica de la foto, lo tuyo es el programa Aventura Comfama con sus 68 pruebas y 4 circuitos entre tirolinas, redes, puentes colgares, balancines, escaleras y mallas. Si te gustan los insectos y las plantas apúntate a Exploradores Arví o a la Búsqueda del Tesoro si prefieres las adivinanzas, los juegos de palabras y los acertijos. Hay también programadas manualidades, juegos al aire libre, actividades musicales, recorridos guiados por el bosque, además de la visita a la guaca, una excavación bajo tierra en forma de morada indígena donde disfrutar de conciertos y exposiciones.

Y una última sorpresa: el parque tiene una sala de cine ni más ni menos que en 4D, por cierto la única de toda Colombia, donde disfruté como una enana viendo mientras se movían nuestros asientos, olíamos a rosas, nos caía agua encima y las ratas, al igual que en la película, parecía que corrían entre nuestras piernas. Cómo se lo hubieran pasado Mani, Lucía y Aranchita, mis sobrinas y cuánto me acordé de ellas. Ojalá podamos volver algún día juntas. Y tú, ¿conoces el parque? ¿te gustaría venir? Si puedes hazlo porque, como dice su acertado eslogan, ¡Aquí está la vida!


miércoles, 12 de septiembre de 2012

Los tiburones de Providencia y el pez león

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¿Qué haríais si tuvierais delante a un bicharraco como éste? Yo siempre pensé que saldría corriendo pero mira por donde hace unos días en la isla de Providencia pude controlar mi miedo y mis ganas de irme pitando y disfruté de lo lindo buceando rodeada de tiburones grises eso sí, más pequeños que el de la foto.

Antes de mi viaje había leído que la barrera coralina de este paraíso perdido de Colombia frente a las costas de Nicaragua es la segunda en extensión del Caribe y la tercera del mundo después de Australia y Belice así que al día siguiente de llegar me subí a la moto que había alquilado y me planté dispuesta a todo en Felipe Diving Center, una de las mejores escuelas de la isla propiedad de Felipe Cabeza "Fepo" el primer instructor nativo de buceo al que veis con su hermano Pichi en la foto de abajo. Y qué experiencia. Impresiona y mucho ver a estos tiburones a un palmo de tus narices y cuando abren la boca ni te cuento. Uno de sus manjares preferidos es el pez león y cómo éste se ha convertido en una amenaza para estas costas el Gobierno ha puesto en marcha una campaña para acabar con ellos. ¿Y qué hacen los instructores de las escuelas de buceo? Pues matarlos con sus arpones y dárselos de comer a los hambrientos tiburones ante la mirada perpleja de todo el que está en el agua. Imaginad la escena: nuestro instructor matando sin parar peces león y los tiburones dándose el festín a nuestro lado. La cuestión es acabar con este voraz depredador originario del mar Indico que es capaz de alimentarse de presas que miden las dos 2/3 partes de su tamaño y consumir diariamente entre el 2,5 y el 6 por ciento de su peso corporal. Por si fuera poco tiene un veneno que puede llegar a paralizarnos brazos y piernas. Todo sea por una buena causa.

Pero no hay sólo tiburones en estas aguas que cuentan con una visibilidad de mas de 30 metros y una temperatura de 28°C, tan calentita que hasta buceé sin traje; vimos cientos de peces de arrecifes de todos los colores, una morena gigante que se paseó tan tranquila entre nosotros, peces globo, langostas, tortugas, barracudas y hasta una rayaSi te gusta el buceo ya tienes una excusa más para venir a verme a Colombia. En Providencia Felipe, Pichi y todo su equipo te están esperando.


martes, 11 de septiembre de 2012

El Papa y los arequipes de Doña Mariela

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¿Te gusta el arequipe? Sí, ese caramelo untuoso que en Argentina llaman dulce de leche hecho a fuego lento con leche of course, una buena cantidad de azúcar, una pizca de bicarbonato y mucha dedicación y paciencia. A mí me encanta y mucho más los que prepara Doña Mariela en Dulces del Jardín, su exquisito negocio en el pueblito del mismo nombre ubicado en el suroeste de Antioquia y que visité hace unos días invitada por la Medellín Convention & Visitors Bureau. ¿Os cuento un secreto? Hasta el mismísimo Papa probó estos dulces manjares que Doña Mariela, ayudada por toda su familia, prepara con grandes dosis de amor y pasión. Y claro, Benedicto XVI cayó rendido ante estas delicias que saben a gloria bendita

Marielita, como la conocen cariñosamente, empezó haciendo jaleas y gelatina de pata preparada con la gelatina que suelta la pata de la vaca al cocerla. Y no, no estoy bromeando, así es la receta y de ella hablaré otro día. Hoy vende más de 80 variedades de dulces, mermeladas y antojitos de frutas. En su tienda hay arequipe de arracacha, ahuyama, chontaduro, kiwi, uchuva, piña, coco, papaya, café, moca, mango, banano. Y brevas en almíbar, mermelada de pétalos de rosa y hasta yogurt casero. 

¿Te antojaste? Pues en Dulces del Jardín te espero.

lunes, 10 de septiembre de 2012

El desafío de Roland

Hace tan sólo unos días que me fui de Providencia y ya quiero volver. Echo de menos tirarme al mar de cabeza nada más levantarme, los paseos en moto por la isla, andar descalza en la playa, los atardeceres, los mangos de azúcar, las charlas a la luz de la luna, comer pescado con la mano, bucear, pero sobre todo echo de menos a la gente que he conocido en este paraíso perdido de Colombia y que me han regalado toda una lección de vida con su educación, su amabilidad y su respeto por todo lo que les rodea y sus contagiosas ganas de vivir.

Roland es uno de ellos. Nos encontramos el primer día que llegué a la isla en el restaurante-bar que tiene desde hace años en la bellísima playa de Manzanillo donde me recibió con una sonrisa de oreja a oreja como la de la foto y un abrazo de los de verdad no de esos que te da cualquiera en cualquier parte. Roland es todo un personaje y mucho más desde que participó en El Desafío, versión colombiana de Supervivientes donde no consiguió ganar pero sí hacerse con un buen dinero que invirtió en una flamante camioneta en la que desde entonces pasea por la isla. 

Roland, al que todos conocen como El Boxer, nos preparó para comer un pescado con verduras a la brasa para chuparse los dedos que Paula y yo nos devoramos felices frente al mar. Al rato nos trajo unas empanadas de cangrejo cocinadas por su amorosa madre Delia Edén ante las que caí literalmente rendida mientras nos contaba mil cosas sobre la isla y nos proponía mil planes.

Si vienes por Providencia y no te das una vuelta por Roland´s Bar es como si vas a París y no te acercas a la Torre Eiffel. Pero lo bueno de aquí es que no hay ruido ni coches pero sí música todo el día y en directo por la noche, buena comida y un mar azul y una playa infinita esperándote. Y por favor saluda a Roland de mi parte aunque espero volver a hacerlo yo dentro de poco. 


viernes, 7 de septiembre de 2012

El Planetario de Medellín

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Alguien dijo alguna vez que nada se parece más a un sentimiento profundo que la observación del cielo. El otro día en la isla de San Andrés me emocioné contemplando la luna llena en la noche de mi cumpleaños y aproveché ese momento para dar gracias por este año en Colombia lleno de vivencias, encuentros y aventuras.

Tengo claro que pocas cosas hay más fascinantes y misteriosas que el Universo y por eso desde pequeña me gustan tanto los planetarios. En Medellín hay uno increíble recién reinagurado, que hace unos días visité junto a otros blogueros invitada por la Medellín Convention & Visitors Bureau y que lleva el nombre de Jesús Emilio Ramírez González, el primer astrofísico colombiano

¿Y qué fue lo que más me gustó de este flamante planetario? Pues sin dudarlo ni un segundo su domo, uno de los más inclinados del mundo -con 27º cuando lo usual son 16ª-, una imagen con proyección en ojo de pez con 160° de apertura y una circunferencia de 360°. La pantalla tiene 15 metros de diámetro y dos proyectores JVC de alta resolución utilizados en simulaciones de vuelo que reproducen registros con resolución de 4K en tiempo real -16 millones de pixeles-, cuatro veces mejor que los de una pantalla de cine. Y por si fuera poco su sistema de sonido es de 7.1 (siete canales de salida) mientras que el del cine es de 5.1 (cinco canales de salida).

Y en esta gran esfera y corazón del planetario, en la que al mirar hacia arriba parece que estás en el borde mismo del Universo, me vi boquiabierta y casi sin respirar Pasaporte al espacio y Somos astrónomos, dos magníficas proyecciones que me envolvieron y transportaron a un mundo todavía desconocido y siempre mágico. 


jueves, 6 de septiembre de 2012

Un viaje más allá del cerebro


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¿Sabías que el cerebro humano tiene más cien mil millones de neuronas casi la misma cantidad de estrellas que nuestra galaxia? Yo la verdad no tenía ni idea hasta que el otro día visité en el Parque Explora de Medellín la nueva Sala de la Mente en la que además de pasármelo bomba aprendí qué es lo que regula el equilibrio de nuestro cuerpo, las particularidades que tienen los tentáculos de los pulpos, cómo engañar a la percepción y hasta fui capaz de convencer a mi cabecita de que es posible permanecer en equilibrio incluso en una habitación inclinada. Antes de seguir, un dato: con sus cuatro cajas rojas flotando contra el horizonte el Parque Explora de Medellín se ha convertido en un centro interactivo para la divulgación de la ciencia y la tecnología con 22 mil metros cuadrados repartidos en varias áreas, además de otros 15 mil de plazas públicas. 

La Sala de la Mente, montada con la ayuda del Grupo de Neurociencias de Antioquia, está dividida en seis secciones: Cerebros: un mundo de neuronas; Percibir: el mundo distorsionado; Pensar: El mundo recordado y planeado; Comunicar: El mundo expresado; y Soñar: El mundo fantástico y Experimentar: el mundo en juego. ¿Y de qué se trata? De comprobar que la mente es una poderosa herramienta adaptable a distintos contextos y capaz de responder a múltiples estímulos.

A esta sala, que visité junto a otros blogueros invitada por la Medellin Convention & Visitors Bureau, se viene a descubrir, experimentar y conversar; a poner a prueba la imaginación, la memoria, la creatividad y las destrezas físicas; a hacerse preguntas, resolver unas y dejar abiertas otras; a realizar un viaje más allá del cerebro. ¿Te animas? 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

Me enamoré de Providencia

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Acabo de llegar a casa de mi viaje a la colombiana isla de Providencia. Mientras ordeno para poder escribir mi cabeza y mi corazón repletos de imágenes, sentimientos y vivencias quiero compartir con vosotros algunas de las fotos que allí he tomado. Creo que sobran las palabras... Podéis verlas aquí.


martes, 4 de septiembre de 2012

¡Quiero ser bloguera de El Espectador!

!!Buenos días!!! El diario El Espectador ha convocado un concurso para buscar blogueros y me he presentado. Necesito vuestros votos por favor. Sólo tenéis que entrar en este enlace y votar por "Colombia de una"; así de fácil. Mil gracias. Sigo en Providencia perdida del mundo; mañana regreso a Bogotá y tengo mil cosas que contaros y mil fotos que enseñaros. La conexión a internet es aquí es muy lenta y ni puedo colgar una foto para alegrar un poco este texto. Sorry! Hasta mañana!!!

sábado, 1 de septiembre de 2012

De viaje por Colombia con Filófoso

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Siempre que vuelo con Avianca paso el tiempo embobada en mi pantalla individual jugando a ¿Quieres ser millonario? Nunca he llegado a conseguir el millón de euros -que es de mentirijilla claro- pero muy cerquita me he quedado. Ayer en el vuelo Bogotá-San Andrés me preguntaron cuál de los pitufos lleva gafas y yo contesté entusiasmada: ¡Filófoso claro!. Cuando me cansé de jugar me eché un sueñecito y no sé por qué me desperté con una idea muy clara: quería encontrar un muñeco que me acompañara en mis viajes y así ponerle un toque de humor a mis redes sociales. No pensé en Filósofo ni mucho menos; lo había olvidado. 

Ya en San Andrés Paula y yo salimos a la playa a celebrar mi cumpleaños y fue allí donde David, un amigo caleño, encontró debajo de la arena a Filósofo quien tengo claro que me estaba esperando. La vida está llena de mensajes y regalos; sólo hay que estar preparado para recibirlos y descifrarlos. Filósofo y yo ya nos hemos hecho inseparables y vamos juntos a todos lados. Podéis seguir nuestros viajes y nuestras fotos en la cuenta de Twitter @colombiadeuna

¿Curiosa historia verdad? ¿Os ha gustado?